Cabo Cañaveral en miniatura
La Politécnica organiza un lanzamiento de satélites del tamaño de una lata
En el aeródromo de Fuentemilano, en el límite de Segovia con Madrid, el termómetro marca cuatro grados bajo cero y el anemómetro señala un viento de 30 kilómetros por hora. "Malas condiciones para el lanzamiento de CanSats", dicen los expertos. Los CanSats son satélites artesanales del tamaño de una lata de refresco capaces -cuando funcionan- de recoger y enviar datos telemétricos, hacer fotografías o incluso posarse o acudir a un objetivo concreto en tierra.
Un centenar de jóvenes toma posiciones a lo largo de la pista del aeródromo. Un cohete de metro y medio de largo -el segundo de los construidos por los estudiantes del Laboratorio para Experimentación en Espacio y Microgravedad (LEEM) de la Politécnica de Madrid (UPM)- apunta hacia el cielo. En su ojiva alberga un CanSat, cuyo objetivo es recoger datos.
Por el megáfono se inicia la cuenta atrás y, antes de llegar a cero, el proyectil sale disparado a más de 350 kilómetros por hora. En menos de cinco segundos desaparece entre las nubes y antes de que hayan pasado 10 aparece de nuevo a medio kilómetro de altura, colgando de un paracaídas, entre gritos de júbilo de los participantes.
"Los más avanzados en los CanSats son los estadounidenses y después los japoneses. Nosotros participamos en un encuentro en Tokio el año pasado y después decidimos organizar esta competición", indica Héctor Salvador, estudiante de aeronáutica en la UPM y presidente del LEEM, la asociación que agrupa a los estudiantes españoles que participan en actividades de la Administración Espacial Europea o en la industria aeroespacial.
Hasta 14 equipos y 48 participantes se han inscrito en esta Primera Competición Internacional de CanSats. De ellos, 12 son españoles y dos de Malasia. Tras los españoles, los malasios preparan su lanzamiento. Parece que quieren impresionar a los rivales: "Somos más creativos. Tenemos un satélite capaz de hacer de 70 a 75 fotografías por minuto y subir a más de un kilómetro de altura", señala el profesor Anuar B. Ahmad, de la Universiti Industri de Senlangop. Si no fuera por las nubes, podrían fotografiar todo Madrid y la provincia de Segovia. Pero están preocupados. No contaban con el frío y su satélite, dicen, "está hecho para temperaturas de unos 20 grados".
Los lanzamientos se prolongaron durante todo el día de ayer y hoy está previsto que los equipos presenten sus resultados. Después se reunirá el jurado y designará los ganadores. Por la noche, todos los participantes se reunirán en un bar del centro de Madrid para celebrar los 57 años que hoy se cumplen desde que Yuri Gagarin se convirtiera en el primer cosmonauta de la historia.
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