Lavandera asegura que Trashorras y Toro le propusieron participar en la venta de explosivos
El confidente que vinculó a ETA con el 11-M habla ahora de "chiquillada".- El tribunal expulsa otra vez a Zouhier
El ex confidente de la Guardia Civil Francisco Javier Lavandera ha asegurado esta tarde que los acusados José Emilio Suárez Trashorras y el ex cuñado de éste Antonio Toro le ofrecieron en 2001 participar en la venta de explosivos y que el primero de ellos le dijo que disponía de "400 kilos de dinamita". Lavandera, que ha comparecido en calidad de testigo protegido y que vinculó el 11-M con ETA, ha cambiado de parecer y ha calificado de "chiquillada" los comentarios que Trashorras y Toro le hicieron sobre sus contactos con la banda terrorista.
Lavandera, uno de los confidentes que más páginas ha acaparado en el diario El Mundo y que incluso publicó un libro sobre la teoría de la conspiración junto al periodista Fernando Múgica, ha explicado que conoció a Toro en el club en el que trabajaba como portero y como adiestrador de serpientes, y ha subrayado que en varias ocasiones Toro le habló de explosivos y "de que podría ganar mucho dinero" con su venta, operación que, ha dicho, le ofreció hacer en el País Vasco. Lavandera ha asegurado que Toro le dijo que tenía contactos con la organización terrorista ETA y que en una ocasión le comentó que "ETA estaba dispuesta a pagar mucho dinero" por encontrar a alguien que montara bombas a través de teléfonos móviles, pero ha añadido que esta idea le pareció "ridícula". "Toro presumía de estas cosas. Creo que fue un alarde, una chiquillada", ha considerado Lavandera, que, tras indicar que no cree que ETA haya tenido relación con los atentados, ha señalado: "no creo que fueran tan tontos como para vender explosivos en un club".
El testigo ha manifestado que no se tomó en serio la venta de explosivos hasta que en el verano de 2001 Toro le mostró "cartuchos sueltos de dinamita que iban atados como con una cinta de embalar estrecha" en los que vio que ponía "Goma 2 Eco" y que llevaba guardados en el maletero del coche. Tras esto, ha continuado el testigo, se lo comunicó al Cuerpo Nacional de Policía, pero ha indicado que no le "tomaron en serio para nada" y que le dijeron que "sería un minero que tiene cuatro cartuchos de dinamita", y ha agregado que tras la detención de Toro en 2001 a raíz de la Operación Pipol -por la que Trashorras y Toro han sido condenados por tráfico de explosivos y drogas a 10 años de cárcel- acudió a la Guardia Civil "para contar el suministro de explosivos".
Lavandera ha explicado que el agente Campillo fue el que acudió a hablar con él y grabó la conversación que tuvieron en una cinta -de la que él no tuvo conocimiento hasta que apareció en los medios de comunicación, según ha comentado-, tras lo que mantuvo otros contactos con el agente. Ha relatado también que a Trahorras lo conoció en el club, donde, según ha contado, acudió "de parte de Toro" y le dijo que tenía "400 kilos de explosivos" para vender, lo que comunicó al Instituto Armado, que le ordenó que indagara, y ha recordado que al volver a preguntar al ex minero sobre ello éste le dijo que "200 kilos se los había encajado a ETA".
Apartado de la investigación
No obstante, el testigo ha admitido que los comentarios sobre la banda terrorista no se los comunicó a las fuerzas de seguridad y que sólo les informó de la venta de explosivos, y ha relatado que en una ocasión se le acercaron dos personas que se presentaron como policías y que le dijeron que si decía lo de ETA se atuviese a las consecuencias. "Esto no quiere decir que ETA tuviera que ver (con los atentados)", ha considerado Lavandera, que ha señalado que tras el 11-M él pensó que ETA era la autora, "como casi todos los españoles lo pensamos". También ha indicado que nunca ha visto a Trashorras y a Toro -del que ha dicho que parecía el cerebro y no el primero de ellos- relacionarse con personas marroquíes, excepto con el ex confidente de la Guardia Civil Rafá Zouhier, a quien ha dicho haberle visto una vez en Asturias en 2001.
Tras este testimonio ha declarado el agente Campillo, quien ha reconocido que grabó en una cinta la información proporcionada por Lavandera sin comunicárselo al considerar que era un "asunto serio", tras lo que realizó un informe de tres folios que entregó a su superior, aunque ha señalado que el confidente seguía llamándole cada vez que Toro y Trashorras iba al club y él volvió a informar a sus superiores. Campillo ha asegurado que una vez entregado dicho informe se le apartó del caso y se abrió la denominada Operación Serpiente, que llevaron a cabo "por el tema de la droga y venta de vehículos y no hicieron mucho caso al tema de los explosivos". El agente ha apuntado que la cinta se grabó en su coche, aunque Lavandera manifestó que la conversación la tuvieron en el portal de su casa, y ha añadido que dicha cinta, grabada el 28 de agosto de 2001, apareció cuatro años después, al hacer un cambio de mobiliario.
Exhibida una camiseta con una caricatura de Mahoma ante los acusados
Por la mañana, una de las víctimas de los atentados del 11 de marzo acudía al juicio con una camiseta con una caricatura de Mahoma. La mujer se sentó en primera fila, junto al recinto blindado desde el que los acusados siguen la vista; a la media hora se fue, momento en el que el presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, pidió a la policía que fuera identificada. La mujer, miembro de la Asociación 11-M Afectados por Terrorismo (que preside Pilar Manjón), fue atendida a continuación por los psicólogos.
En la camiseta se podía observar al profeta con una bomba con la mecha encendida a modo de turbante. Esta caricatura forma parte de la serie publicada por el diario danés Jyllands-Posten en septiembre de 2005, que provocó un campaña de altercados y furia en varios países musulmanes. Fuentes jurídicas han indicado que el juez solicitó que se identificara a la mujer porque, pese a que uno es libre de vestir como quiera, puede perturbar el desarrollo del proceso. La policía ha comprobado que la mujer no llevaba otro tipo de mensajes adicionales que pensara exhibir a los acusados.
Trashorras dijo a 'Manolón' que habían sido "los moros"
También ha comparecido hoy el ex jefe de estupefacientes de la Comisaría de Avilés, Manuel García Rodríguez, Manolón, quien ha asegurado que el procesado José Emilio Suárez Trashorras le dijo inmediatamente después de los atentados del 11-M que "habían sido los moros". Manolón, que ha sido interrogado por el fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, señaló que Trashorras se ofreció a colaborar con la Policía si sacaban a su cuñado, el procesado Antonio Toro, de la cárcel "para pasar las navidades con su familia" y a cambio daría la información necesaria para que incautasen varios kilos de cocaína.
Fue el día después de los atentados, cuando el testigo se encontró en un bar a Trashorras y le dijo que habían sido "los moros", aunque Manolón le respondió que no, que "había sido ETA" y no le hizo "el menor caso" porque, según ha indicado, el procesado "exageraba las cosas".
Zouhier, expulsado de la sala por gritar
El presidente del tribunal ha ordenado esta tarde por tercera vez la expulsión de la sala del ex confidente de la Guardia Civil Rafá Zouhier, después de que éste gritara e intentara levantarse varias veces en el interior del recinto blincado en el que se encuentran los acusados. La expulsión de Zouhier, para quien la Fiscalía pide 20 años de prisión por ser el supuesto mediador entre los autores del 11-M y los miembros de la llamada "trama asturiana" que les facilitó los explosivos, ha tenido lugar mientras prestaba declaración ante el tribunal su ex novia.Durante esta declaración, Zouhier no ha parado de gesticular y alzar las manos, e incluso ha levantado la voz cuando ha escuchado algunas declaraciones de su ex novia, quien entre otras cosas ha dicho que "yo nunca confié en él", y ha confirmado que el acusado le contó que se hizo una herida en la mano porque "le había explotado un movil". Esta testigo ha señalado que Zouhier es "una persona violenta" y que muchas veces "ponía verdes a los judíos y los americanos".
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