Los vendedores ambulantes protestan en Valencia para conservar sus puestos

Más de 300 vendedores ambulantes han protestado ante el Palau de la Generalitat en Valencia, contra la ley autonómica que sacaría sus puestos a oferta pública una vez se empezase a aplicar. "Nos reunimos con todos los grupos políticos cuando la ley estaba en periodo de alegaciones", ha explicado el portavoz de la plataforma por la dignidad y la subsistencia de los mercadillos, Miguel Santiago. "Del PP nos atendió Vicente Betoret, que nos dijo que haría caso a nuestras peticiones, pero nada".

Los vendedores tratan de conservar sus puestos, pues la ley regional, que adapta una normativa europea, sacaría a oferta pública las autorizaciones de venta ambulante en la Comunidad. Así, los trabajadores que tenían permiso desde hace años, lo perderían de repente y deberían luchar por él en igualdad de condiciones junto a quien lo desease, sin conservar derecho alguno. "Yo tengo mi puesto de calzado en Valencia ciudad desde hace 25 años", ha explicado José Vicente Domínguez. "Mis dos hijos están estudiando, mi exmujer está en paro y todos dependen de mi sueldo", ha matizado, "¿qué hago yo si me quitan el puesto?".

Los vendedores pretenden que el Consell modifique la ley, aprobada en marzo, y la adapte a la normativa madrileña, en la que las concesiones actuales consiguieron una vigencia de 15 años. Además, el vendedor que tiene licencia en Madrid consigue la renovación automática una vez concluye ese periodo, si prueba que mantiene su actividad cada cierto tiempo.

En la Comunidad, según datos de la plataforma, hay 35.000 autorizaciones, lo que da trabajo a 70.000 personas de acuerdo a sus cálculos. "Si la norma se aplicase tal cual", augura el portavoz, "supondría la desestabilización del sector y convertir empleo estable en precario".