El mercado Puerta de Toledo será un campus de la Carlos III
Comunidad y Ayuntamiento de Madrid ultiman un convenio para ceder el edificio, que albergará cursos de posgrado
La Comunidad de Madrid y Ayuntamiento ultiman un convenio para transformar en un campus universitario de la Universidad Carlos III el Mercado Puerta de Toledo, inaugurado en 1988. La universidad, que de momento dispone solo de instalaciones en Leganés, Getafe y Colmenarejo, contará así con un centro en la capital en el que se prevé la instalación de cursos de posgrado.
La semana que viene se firmará, previsiblemente, un acuerdo con la Comunidad de Madrid, el Ayuntamiento y la Carlos, según han confirmado a EL PAÍS fuentes de la negociación. Será entonces cuando se desgranen los detalles de un proyecto que se lleva gestando desde hace más de un año y que ha desbancado a otras ideas para el futuro del mercado, una relacionada con un grupo de comunicación y otro económico.
Al convenio y a la puesta en marcha del proyecto le quedan flecos pendientes. Uno de ellos es el futuro de los comerciantes que ocupan parte unos 40 de los 137 locales del mercado, según estimaciones de la Consejería de Economía y Hacienda. Un portavoz de la consejería explica que se están revisando los contratos, cerrados con el extinto IMADE, para buscar "una salida de conjunto" a los comerciantes. Hay contratos vigentes hasta 2016 a los que habrá que buscar una solución.
La Comunidad de Madrid es quien ha explotado las instalaciones que acogieron al antiguo mercado central de pescados, y que pertenecen al Ayuntamiento. El Mercado Puerta de Toledo (distrito de Arganzuela) tiene una superficie de 25.000 metros cuadrados distribuidos en 137 locales, de los que la mayoría se encuentran vacíos. El Ayuntamiento lo cedió a la Comunidad de Madrid por 30 años y se hizo cargo de su gestión el Instituto Madrileño de Desarrollo (Imade), recién disuelto por la Comunidad de Madrid.
El proyecto del mercado de elite nunca terminó de arrancar. La Comunidad se planteó su venta y su privatización cinco años después de la puesta en marcha, cuando se inauguró como "un foco para reactivar una de las zonas más castigadas de la ciudad". El proyecto contaba en sus inicios con el respaldo de 150 diseñadores, anticuarios, joyeros, y artesanos.
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