Las cosas no las regalan
Muchos amigos míos en España se quejan mucho pero luego no hacen nada al respecto. Las cosas no las regalan, hay que trabajar duro y saber aguantar, incluso cuando no nos gusta lo que hacemos
Nací en 1978 en Madrid.
Como tantos otros de mi generación me vendieron la idea de que ir a la universidad era fundamental si querías tener un futuro. Así que me alisté en las filas de la Complutense de Madrid donde empecé a estudiar Geología. Después de dos años de Geológicas me di cuenta de que:
1 - En España se gradúan al menos 2.000 licenciados en geológicas todos los años
2 - Hay unos 5 puestos de trabajo disponibles
3 - Es fundamental el conocer otros idiomas
4 - Los sueldos no dan ni patatas fritas (90.000 pesetas mensuales en aquella época)
5 - La cultura empresarial Española no iba con mi forma de ser (mi jefe no es mi dueño, si no mi jefe)
Así que después de este simple análisis, a la edad de 20 años decidí que tenía que marcharme de España ya que el país no era capaz de darme lo que necesitaba para mi desarrollo. Me marché a Inglaterra sin un duro. Aprendí ingles y trabaje en un gran número de fábricas, puestos de limpieza, granjas y demás trabajos mal pagados, pero que me daban el dinero necesario para pagar la renta y unos estudios (procedo de una familia muy humilde que no tenia recursos para apoyarme, pero que me inculco el espíritu de superación y trabajo duro). Durante este tiempo estudié la carrera de Geológicas en la Universidad de Portsmouth y después hice un MBA gracias a la experiencia que había adquirido trabajando como corredor de seguros de aviación para Latinoamérica.
Fueron unos años muy malos en los que lo pase bastante mal trabajando has 14 horas al día descargando camiones y estudiando para la universidad (muchas noches llegue a casa me metí en la cama y llore hasta quedarme dormido, por el dolor de cuerpo y por la desesperación de estar haciendo algo que odiaba). Gracias al esfuerzo que puse durante el MBA conseguí mi primer trabajo serio como asesor comercial para un ayuntamiento. Después de cinco años en este puesto, una consultora privada me ofreció un trabajo en Croydon (sur de Londres) y tras otros dos años conseguí un trabajo en PwC que siempre había sido mi sueño. Ahora tengo un sueldo de seis cifras, un chalet en Londres, mujer inglesa y una inmensa satisfacción personal.
A mí nadie me regalo nada, todo lo he conseguido a base de mucho esfuerzo y trabajo duro y, lo que es fundamental, espíritu de superación y sacrificio. Estas son algunas de las cualidades que les faltan a muchos de mi generación. He conocido a muchísima gente de mi edad en Inglaterra que venían aquí a aprender ingles. La mayoría se juntaba solo con españoles y se pasaban el tiempo fumando porros y bebiendo. Me consideraban raro cuando les decía que no quería tener amigos españoles que yo había venido aquí a aprender ingles y mejorar mi vida. El 90% de esta gente siguen trabajando de camareros en restaurantes en Londres.
No digo que sea fácil, pero si que se puede salir del atolladero si uno pone el esfuerzo necesario. Lo que yo he visto es que mucha gente no quiere hacer los sacrificios que se necesiten y otros menos afortunados ponen el esfuerzo, pero en el sitio equivocado o de la forma equivocada.
Mi hermana era una de estas personas. Estancada en España tratando de sacarse títulos y trabajando duro para trabajar en algo relacionado con la salud. Al final se vino aquí conmigo y tras unos años duros trabajando cuidando enfermos en un hospital para poder coger la experiencia necesaria, ha conseguido entrar en la carrera de fisioterapia en una Universidad de Londres y el resto de su futuro esta ahora prácticamente solucionado.
Muchos amigos míos en España se quejan mucho pero luego no hacen nada al respecto. Las cosas no las regalan, hay que trabajar duro y saber aguantar, incluso cuando no nos gusta lo que hacemos.
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