Dos de los 14 acusados por el 11-M en huelga de hambre abandonan su protesta
Previamente, los presos han manifestado estar dispuestos a llevar la huelga "hasta sus últimas consecuencias"
Dos de los 14 acusados por el 11-M en huelga de hambre, Abdelilah El Fadual y Hamid Ahmidan, han abandonado la protesta que iniciaron ayer por considerar que la acusación que pesa sobre ellos es injusta, según han indicado fuentes jurídicas. Este abandono se produce un par de horas después de que los letrados de los 14 procesados en huelga -incluidos El Fadual y Ahmidan- entregaran un comunicado en el que manifestaban que sus clientes estaban dispuestos a llevar su protesta "hasta sus últimas consecuencias" porque "prefieren morir a continuar sufriendo desesperación", informa Jorge A. Rodríguez.
El Fadual y Ahmidan, para quienes la Fiscalía pide 23 años y seis meses y 12 años de cárcel, respectivamente, han comido hoy el menú que se les da todos los días a los acusados que están presos, formado por lentejas estofadas, filete en salsa y naranja, según indicaron fuentes jurídicas. Esta renuncia supone que son 12 los acusados que siguen con la huelga de hambre: los cuatro que la iniciaron el pasado jueves y ocho que la comenzaron ayer, día en el que también se unieron a la protesta El Fadual y Ahmidan.
Precisamente, la renuncia a alimentarse de algunos imputados por la matanza ha vuelto a protagonizar la sesión de hoy del juicio. Abdelmajid Bouchar, que inició la protesta hace una semana, ha sido hidratado en los calabozos de las dependencias de la Audiencia Nacional, mientras que Rabei Osman El Sayed, El Egipcio, y Youssef Belhadj han abandonado la huelga de sed que también habían iniciado.
Poco después de comenzar la sesión, El Egipcio ha sido expulsado de la Sala; empezaba entonces la declaración, por videoconferencia, de uno de sus discípulos. El testigo, un radical islamista que se encuentra preso en Italia, se ha negado a declarar al considerar que le puede ocasionar algún daño personal.
El Egipcio fue detenido tres meses después del 11-M tras declararse a sí mismo ideólogo y organizador de los atentados en una conversación telefónica captada por la Policía italiana. Al otro lado del teléfono estaba su compañero de piso en Milán, Yahia Mouad Mohamed Rajaha, que hoy tenía que declarar en el juicio. Sin embargo, se ha negado a contestar a las preguntas de la fiscal Olga Sánchez. Gómez Bermúdez no ha podido proceder contra él al estar fuera de la jurisdicción española, aunque sí le ha advertido que puede llegar a constituir un delito de desobediencia grave a la autoridad y por ello, el tribunal va a estudiar si se procede internacionalmente en su contra.
Tras la declaración frustrada, se ha procedido a leer de la declaración que Yahia Mouad prestó en la comisión rogatoria el 10 de febrero de 2005 en Milán ante el juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo, instructor del 11-M, y la fiscal. Pero antes, El Egipcio ha vuelto a la Sala, ya que el juez ha considerado que debía escuchar esta declaración. En dicho documento, el testigo no reconoce las voces de las cintas grabadas por la Policía italiana de las conversaciones ambientales mantenidas en el piso en el que él y El Egipcio vivían en Milán, y en las que supuestamente este último se atribuía la autoría intelectual del 11-M.
1.841 damnificados, 17 más
Mientras, el juicio sigue y, como ya advirtió ayer Gómez Bermúdez, la huelga de hambre "no afectará" al desarrollo de la vista. Hoy han continuado las pruebas periciales, con los testimonios de la directora del Instituto Anatómico Forense, Carmen Baladía, y otros dos médicos forenses que trabajaron en el reconocimiento de cadáveres de la morgue instalada en Ifema. Uno de ellos, el médico José Luis Migue Pedrero ha cifrado el número de damnificados por los atentados en 1.841, lo que supone 17 heridos más respecto a los 1.824 que cifró la Fiscalía en su calificación provisional en noviembre de 2006.
A lo largo de la mañana también han pasado por la Sala varios testigos solicitados por la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M para pedir que se reconozca la condición de víctimas de algunos afectados por los atentados. Uno de ellos es un nigeriano que viajaba en uno de los trenes que estalló y a quien hasta ahora no se le ha reconocido; otro de ellos, que ha declarado él mismo en la Sala, es un vecino de los suicidas de Leganés.
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