El PP, en privado, admite que Zapatero "va a por todas"

La profunda remodelación del Gobierno ha pillado al PP con el pie algo cambiado. No se esperaban un cambio tan profundo, y los más veteranos admiten que las cosas ahora van a ser un poco más difíciles, al menos en el día a día, para la oposición. "Zapatero ha demostrado que no se piensa rendir, que va a por todas, y que el PSOE sigue siendo el PSOE", coinciden varios dirigentes consultados.

Aún así, la cúpula del partido está tranquila, porque el análisis marcado por Mariano Rajoy es que las cosas importantes, las que van a acabar con el Gobierno socialista y devolver al PP a La Moncloa, no están al alcance de la mano de Zapatero. Esto es, el paro va a seguir, y la mala imagen del presidente está ya muy vinculada a la crisis económica, que no va a remontar a corto plazo, al menos no lo suficiente como para que lo note el gran público. Además, insisten, en realidad toda la reforma pivota en torno a Rubalcaba, un personaje contra el que el PP tiene un discurso muy claro y que moviliza mucho en su contra al electorado de la derecha.

La primera reacción oficiosa del PP fue difundir rápidamente un comentario mordaz: Rubalcaba fue el portavoz del último Gobierno de Felipe González y será el portavoz del último gobierno de Zapatero. "Es un especialista en enterrar gobiernos", comentaban varios diputados. Eso sí, otros aseguraban que una de las principales perjudicadas será Soraya Sáenz de Santamaría, que tiene muy tomada la medida a María Teresa Fernández de la Vega y ahora tendrá que enfrentarse en la sesión de control de todos los miércoles a uno de los más experimentados y valorados parlamentarios, esto es Rubalcaba.

El PP, consciente de que el nuevo vicepresidente primero era una figura en alza y un posible sucesor de Zapatero, ya se había concentrado en los últimos meses en una campaña muy dura de ataque al ministro del Interior, protagonista de las preguntas más ácidas en la sesión de control de los miércoles. Otros diputados veteranos analizaban también que se trata de un Gobierno centrado en la izquierda, con la presencia de Rosa Aguilar, precisamente para movilizar al voto más a la izquierda. La estrategia de Rajoy pasa precisamente por mantener un perfil bajo para evitar la movilización de la izquierda y el voto anti-PP que, según el análisis coincidente dentro de la dirección del PP, arrebató a este partido la posibilidad de ganar en 2008 a pesar de que sacó 10,2 millones de votos.

Zapatero remodela el Gobierno