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SI YO TE CONTARA... HISTORIAS DE LOS LECTORES
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

"Mejor que te quedes por ahí"

Oportunidades haberlas 'haylas' en España, pero supongo que deben ir tan escasas como el agua en la Luna

Supongo que soy uno de esos afortunados que es investigador, tiene como hobby su trabajo y además gana suficiente para vivir. Desafortunadamente, no puede ser en mi país, o no sabría cómo lograrlo. Oportunidades haberlas haylas, pero supongo que deben ir tan escasas como el agua en la Luna, al menos es lo que se recibe desde el exterior. Emigré hace ahora siete años a Alemania, para llegar a trabajar en lo que se ha convertido en uno de los grandes centros de investigación del área en la que trabajo, la robótica. No soy de los que emigró con un objetivo profesional claro, simplemente llegué a Alemania con una maleta, sin trabajo y sin ni siquiera saber a que me quería dedicar. La universidad me dio la primera oportunidad, con un contrato de investigador.

Curiosamente, mientras estaba en España nunca pensé en investigar, y al contrario de lo que había escuchado de la situación española, el sueldo que me ofrecieron al llegar aquí era mayor que el que cobraba de ingeniero mileurista en Barcelona. Acabáramos, por supuesto acepté. Poco a poco me he ido envolviendo de ese aura especial que tiene la investigación y que, por supuesto, desconocía totalmente. Supongo que muchos abandonan en el camino, pero los que se quedan saben que la investigación es algo más que un trabajo, es una forma de vida. Lamentablemente, si esa forma de vida te da de comer o no, depende del país en el que te encuentres.

Obviamente, mi conocimiento del mundo de la investigación en general, y de la investigación en Alemania en particular ha ido creciendo con los años. En ese tiempo he ido comparando vivencias y experiencias de colegas españoles con mi día a día en Alemania. Podría mencionar muchas cosas. Recuerdo que cuando aún estaba en España nunca pensé en ser Doctor, ya que por la experiencia laboral que tenía, sabía que no me reportaría ningún beneficio para trabajar en la empresa privada. Al contrario, tendría que esconder el dato de mi currículum, no fuese que pensaran que querría cobrar más por ello. Nunca conocí un doctor en las empresas en las que trabajé. ¿Para qué? El contrapunto llegó al ver que en Alemania un doctor tiene otro estatus social, cada vez quizás menos, porque cada vez hay más, pero aún estamos a años luz del caso español. Cualquier formulario a rellenar tendrá como opción la de poner "título", título siendo señor/a, doctor o profesor (profesor en este caso es el equivalente a catedrático español).

Tu carnet de identidad y de conducir serán cambiados y llevarán el "dr.". Las cartas dirigidas a tu persona (incluso las facturas del gas) irán precedidas de "dr.". Si buscas piso, te compras un coche o cualquier otra transacción, tu "dr." te abrirá muchas más puertas. Al fin y al cabo, un doctor es un doctor. La empresa privada contrata específicamente a muchos doctores, y el hecho de serlo se notará en tu sueldo. La empresa privada alemana, claro está, invierte mucho en investigación, y que mejor que tener doctores para ello. Aún así, no sólo son contratados para investigar; un doctor da prestigio, e incluso se ven en cargos directivos. Enviar a una reunión de trabajo de alto rango a alguien que no sea doctor no es tan "serio". Recuerdo esa marca de cereales que se llama Dr. Oetker. No sé si el dueño/jefe es el dr. Oetker, pero el hecho es que poner doctor al producto le da prestigio. "Ah, si lo produce un doctor tiene que ser de calidad".

Ante esas situaciones, pienso en mis colegas doctores españoles. No creo que les sirva de nada su doctor al comprar una casa, ni al optar a cualquier evaluación, ni les van a cambiar el DNI, pero lo más triste, si quisieran trabajar en la empresa privada esconderían su título de Doctor, no fuese que eso les mermara posibilidades. Y no obstante, alguno de los doctores e investigadores más brillantes que he tenido la ocasión de conocer son españoles y trabajan en España.

Así el panorama, se hace difícil la vuelta, igual de difícil que se hace estar alejado de tu patria, por mucho que uno sea a estas alturas más ciudadano del mundo que de una patria concreta. Hasta hace pocos meses siempre mantuve la esperanza de volver a mi país a corto plazo. La situación actual me ha cambiado miras, pero sobretodo mi madre fue la que me abrió los ojos de una situación que no vivo en persona. Después de años de insistir en casi cada conversación que manteníamos de que buscase algo en España, hace poco me sorprendió con un "tal y como está la situación ahora mismo, mejor que te quedes por ahí". Uno no espera esas frases de su propia madre, así que intuyo que la situación, bonita no es.

Dicho esto, tampoco pienso quedarme en el sofá esperando a que la situación mejorase algún día. El país que invirtió en mi educación algún día verá esos esfuerzos de vuelta, y espero poder algún día volver y crear la empresa en la que me gustaría que me contratasen a mi mismo. Los cambios no vienen por sí solos, alguien tiene que ir poniendo su granito de arena, y estoy convencido que nuestro país saldrá de ello como uno de los países más competitivos de las próximas décadas. Todo ese potencial que ha puesto de manifiesto esta serie de reportajes así lo atestigua y asegura. Lo que vemos actualmente en el ámbito del deporte, donde tenemos a los mejores deportistas en casi todas de las especialidades no es fruto de la casualidad y estoy convencido que será un ejemplo que se verá en otros ámbitos, especialmente en la investigación (que algo se intuye ya) y en el de la competitividad empresarial.

José de Gea, en la presentación de la robot <i>Aila</i>, en cuya creación ha trabajado, en una feria en Hannover.
José de Gea, en la presentación de la robot Aila, en cuya creación ha trabajado, en una feria en Hannover.

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