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Marruecos tensa la relación con España a propósito de Ceuta y Melilla

Rabat tacha de "racistas" a las fuerzas de seguridad españolas y emite un cuarto comunicado de protesta. Cientos de manifestantes se concentraron el sábado ante la Embajada de España y el Consulado en Nador

Acaso sea una nueva modalidad de reivindicar Ceuta y Melilla o quizá Marruecos tenga algún motivo oculto de enojo con España, pero lo cierto es que el rey Mohamed VI está tensando la relación bilateral hasta un nivel similar al que alcanzó durante la primera visita de los Reyes de España a ambas ciudades autónomas en noviembre de 2007.

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Marruecos publicó, el sábado por la noche, su cuarto comunicado denunciando el maltrato de las fuerzas de seguridad españolas, esta vez en la frontera de Melilla "ocupada", con ciudadanos marroquíes que fueron incluso golpeados del lado marroquí del confín. El texto denuncia "la peligrosa tendencia racista" de la policía española.

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Justo cuando se hacía público el comunicado se estaban desarrollando concentraciones de marroquíes y subsaharianos ante la Embajada de España en Rabat y el Consulado Nador -hoy está prevista otra en Tetuán- convocadas por ONG locales para protestar "por las prácticas racistas de las autoridades españolas con los inmigrantes subsaharianos".

En el reportaje gráfico difundido por la agencia oficial de prensa marroquí (MAP) aparecen, sobre todo en Nador, varios subsaharianos encabezando la protesta con pancartas y banderas de sus países. Es la primera vez que la MAP se hace eco de las reivindicaciones de estos inmigrantes, muchos de ellos en situación irregular en Marruecos, con frecuencia expulsados de noche a Argelia.

La supuesta "propensión racista" de la Guardia Civil ya fue censurada en el más vehemente de los cuatro comunicados de la diplomacia marroquí, emitido el viernes pasado. En él se condenaba el "comportamiento inhumano en total contradicción (...) con los derechos humanos" del instituto armado que abandonó a ocho subsaharianos en un "estado crítico de salud" en un lugar de la costa marroquí cercano a Ceuta.

En contra de sus costumbres, la agencia MAP publicó además en la portada de su web un amplio reportaje de los ocho inmigrantes ingresados en el hospital provincial de Castillejos, la ciudad pegada a Ceuta. En él un camerunés treintañero afirma que fueron apresados cuando alcanzaron la costa de Málaga y devueltos a Marruecos. Los agentes "nos amenazaron, torturaron e insultaron", añade. Todos ellos se muestran agradecidos a las autoridades marroquíes.

El Ministerio de Asuntos Exteriores español contestó con sendos comunicados a los dos primeros emitidos por Marruecos -el segundo conllevó la convocatoria del embajador de España, Luís Planas-, pero desde entonces guarda silencio porque el jefe de la diplomacia española, Miguel Ángel Moratinos, "no quiere echar leña al fuego que trata de prender el vecino", asegura un diplomático. Para rebajar el nivel de la tensión, la Delegación del Gobierno en Melilla fue la encargada de responder a la última queja marroquí.

En su segunda contestación Exteriores dejaba entrever una cierta irritación con la actitud de Rabat. Desmentía la versión marroquí de los incidentes en la frontera de Melilla. "Singularizar estos episodios desde una perspectiva unilateral no se corresponde con el espíritu de cooperación reinante entre España y Marruecos y no contribuye a esa mejora constante en los procedimientos que a todos beneficia", señalaba.

Ante la ausencia de respuesta de Exteriores a la nota marroquí que arremetía contra el instituto armado, la Asociación Unificada de Guardias Civiles http://www.augc.org/comunicados.php publicó hoy en Ceuta un comunicado en el que sostiene que las acusaciones de Rabat son "falsas".

La presión marroquí se centra en Ceuta y Melilla, dos ciudades cuya soberanía reivindica. A mediados de mayo el primer ministro, Abbas el Fassi, hizo ante el pleno del Parlamento un llamamiento a España para que "abra un diálogo (...) para poner fin a la ocupación de las ciudades marroquíes [Ceuta y Melilla] y de las islas cercanas". ¿Busca ahora Rabat que Madrid responda positivamente a ese llamamiento?

El ministro Moratinos se ha jactado de haber sido capaz de evitar cualquier choque con Marruecos -sobre todo durante la huelga de hambre de la saharaui Aminetú Haidar- excepto el que inevitablemente provocó la visita de los Reyes a Ceuta y Melilla. Algunos de sus colaboradores temen que ya no lo puede sortear.

"Tengo la impresión de que vuelven momentos difíciles para las relaciones entre España-Marruecos, en lo que tiene que ver con Ceuta y Melilla", escribe, este fin de semana, en El Faro de Ceuta, Javier Jiménez-Ugarte, que se despide así sus tres años al frente del Consulado de España en Tetuán. El cónsul se hace eco, en esa tribuna, de una opinión generalizada en su ministerio.

Manifestación ante el consulado español en Nador
Manifestación ante el consulado español en NadorMAP

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