_
_
_
_

España opta por vez primera a la jefatura del Comité Militar de la OTAN

Miguel González

El Gobierno ha dudado hasta el último momento pero, al final, ha decidido presentar la candidatura del jefe del Estado Mayor de la Defensa, el general de Ejército Félix Sanz Roldán, a la presidencia del Comité Militar de la Alianza Atlántica. En teoría, se trata del cargo militar más importante que hay en la OTAN. En la práctica, es el más relevante que puede ocupar un militar europeo, pues el comandante supremo para Europa es un general estadounidense que elige el presidente de EE UU. En la actualidad es el general John Craddock.

El jefe del Estado Mayor de la Defensa español compite por el puesto con sus homólogos de Italia y Polonia
La posición de EE UU ante el candidato español permitirá medir si se ha superado la crisis provocada por la retirada de Irak
El Gobierno presenta la candidatura del general Sanz para el cargo de más peso que puede ocupar un militar europeo

El Comité Militar, que aprueba todos los documentos, planes y directivas militares de la OTAN, está formado por los jefes de Estado Mayor de la Defensa de los 26 países miembros, quienes cuentan con representantes permanentes en Bruselas. Su presidente es también el asesor militar del Consejo Atlántico, que se puede reunir al nivel de embajadores, ministros de Asuntos Exteriores o jefes de Estado y de Gobierno.

El plazo de presentación de candidatos se cierra a final de este mes y la votación se realizará en la reunión del Comité Militar de la OTAN prevista para noviembre en Bruselas. Los jefes del Estado Mayor de la Defensa, mediante voto secreto e indelegable, elegirán a uno de sus pares como presidente. Además del general Félix Sanz, se han presentado como candidatos sus homólogos de Italia, el almirante Giampaolo di Paola, y Polonia, el general Franciszek Gagor.

Un mandato de tres años

El elegido tomará posesión del cargo en junio de 2008, para un mandato improrrogable de tres años. Para Sanz, el calendario es el óptimo, ya que en marzo se celebrarán las elecciones generales y lo previsible es que en abril o mayo, tras la formación del nuevo Ejecutivo, se produzca el relevo de la cúpula militar.

Las dudas del Gobierno a la hora de presentar a Sanz se explican por el escaso entusiasmo que despierta la OTAN en amplios sectores del electorado socialista y, en consecuencia, la poca rentabilidad de que un español consiga ese cargo a pocos meses de las elecciones generales. Pero, sobre todo, por el temor a que el candidato español pague los platos rotos de los desencuentros con Washington en los últimos años.

A la hora de dirigir el Comité Militar, explican expertos en la OTAN, pesa tanto el perfil del candidato como el del país que lo presenta. En el caso de Sanz, ampliamente conocido en círculos atlánticos, nadie duda de que reúne el perfil idóneo para el puesto. Otra cosa distinta es que se le identifique con el país que retiró a las tropas de Irak o, al igual que otros, se ha negado a que sus soldados se trasladen al sur de Afganistán, donde se libran los combates más cruentos con los talibanes.

"Ésta es una ocasión única de comprobar si las relaciones con EE UU están efectivamente normalizadas y la desconfianza de otros tiempos se ha superado", afirman las mismas fuentes.

Pese a ello, el Gobierno ha decidido jugar abiertamente sus bazas. España acaba de cumplir un cuarto de siglo en la OTAN y apenas ha ocupado cargos relevantes en la cúpula de la organización, si se exceptúa el mandato de Javier Solana como secretario general (1995-99) y, entre los altos funcionarios, Juan Martínez Esparza, que fue uno los vicesecretarios generales. Precisamente el lunes está previsto que se incorpore a su puesto de responsable del presupuesto militar el general Álvaro Pino, que será el español de mayor rango en la OTAN.

Tradicionalmente, la presidencia del Comité Militar rota entre los países del norte y el sur de Europa, con el añadido de Canadá. El antecesor del actual presidente fue el alemán Kujat, por lo que ahora le toca a un meridional. Pero a Kujat le precedió Venturoni y no parece lógico que un italiano ocupe dos veces el cargo en seis años. Además, el secretario general adjunto de la OTAN, Alessandro Minuto-Rizzo, es de la misma nacionalidad.

Respecto a Polonia, se trata de uno de los aliados más fieles de EE UU, con el que negocia la instalación en su territorio de una de las bases del denominado escudo antimisiles y que le apoyó sin reservas durante la invasión de Irak y la posterior ocupación. Sin embargo, los demás países europeos contemplan con recelo el antieuropeísmo y la homofobia del régimen de los gemelos Kaczynski. En un momento en que se han recrudecido las tensiones con Rusia, el ascenso en la OTAN de militares de los antiguos países del Este podría interpretarse, según las mismas fuentes, como un retorno a las concepciones de la guerra fría.

Fuentes gubernamentales españolas justifican la candidatura de Sanz por el deseo de participar activamente en el proceso de transformación de la OTAN que, guste o no, "es la más importante organización generadora de seguridad en un mundo convulso y cargado de incertidumbres".

El general Félix Sanz, en la comisión de Defensa del Congreso de los Diputados el pasado octubre.
El general Félix Sanz, en la comisión de Defensa del Congreso de los Diputados el pasado octubre.GORKA LEJARCEGI

"Por conducto reglamentario y con buen tono"

Cuando el anterior ministro de Defensa, José Bono, dijo que "aquí no nos ponemos de rodillas ante nadie", para justificar la ausencia de la bandera de EE UU en el desfile del 12 de octubre de 2004, Sanz tuvo que acudir a la Embajada norteamericana para tratar de deshacer el malentendido. En la memoria de Washington estaba muy reciente la salida de las tropas de Irak y la negativa del líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, a levantarse al paso de la enseña de las barras y las estrellas un año antes.En los momentos de mayor tensión, Félix Sanz, nacido en Uclés (Cuenca) hace 62 años, fue un puente entre el Gobierno socialista, no precisamente entusiasta de Bush, y el Pentágono.Como la mayoría de los mandos españoles, es proamericano. Parte de su carrera la hizo en EE UU, donde siguió cursos en la escuela de misiles de Redstone (Alabama) y en la de artillería de Fort Sill (Oklahoma), antes de regresar, como agregado militar adjunto, a la Embajada en Washington.Eso no le impidió declarar, en octubre de 2004, que las relaciones entre España y EE UU están desequilibradas. "Damos mucho y recibimos poco", dijo. Y es que nunca se ha mordido la lengua, aunque siempre se expresa, como mandan las ordenanzas, "por conducto reglamentario y con buen tono".Sanz sabía bien de lo que hablaba. Fue jefe de la sección de tratados internacionales en el Estado Mayor de la Defensa y responsable de relaciones internacionales en la Dirección de Política de Defensa. Su vinculación con la OTAN empezó en 1983, cuando fue destinado al cuartel general de Mons (Bélgica), y siguió con la negociación de los acuerdos con los que se quiso suplir la ausencia de la estructura militar.En mayo de 2004, dos meses después de las elecciones, fue ascendido a teniente general y en junio, sólo un mes después, a general de Ejército -con cuatro estrellas- y jefe de la cúpula militar.Pero, como pasa con frecuencia, es la persona la que hace al cargo y no al revés. Aunque hace años que se repite que el jefe del Estado Mayor de la Defensa es el mando operativo de las Fuerzas Armadas, sólo Sanz lo ha hecho realidad. E incluso ha ido más lejos.Cuando el general Mena agitó en Sevilla el fantasma del golpismo, en la Pascua Militar de 2006, fue Sanz quien estuvo al lado del ministro Bono para proponerle arrestos y destituciones, aunque no era a él, sino al jefe del Ejército de Tierra, a quien la legislación atribuía tan ingrata tarea.A cambio, logró otras cosas. Por ejemplo, que la bandera de EE UU volviera a desfilar, el pasado 12 de octubre, por el Paseo de la Castellana.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_