Desarticulada la mayor red de tráfico de inmigrantes de Melilla
En la operación, han sido detenidos 15 ciudadanos españoles y dos marroquíes
Quince ciudadanos españoles y dos marroquíes han sido detenidos en Melilla en la desarticulación de la mayor red de tráfico de inmigrantes ilegales de la ciudad. Los arrestos se han producido en el marco de la operación gaviota, en marcha desde el pasado mes de junio, en la que han trabajado de forma conjunta la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía. La operación continúa abierta, por lo que es posible que en los próximos días se efectúen nuevas detenciones.
Los responsables máximos de esta banda, perfectamente jerarquizada con una cúpula de cinco personas, captaban a las posibles víctimas, es decir, sobre todo a subsaharianos que esperan en las inmediaciones de la frontera entre Melilla y Marruecos para pasar a suelo español de forma ilegal y que llegaban a pagar entre 2.000 y 3.000 euros.
Según los datos aportados en la investigación, " los cabecillas de esta red eran los que se dedicaban a la preparación de vehículos con doble fondo donde llevaban ocultos a los sin papeles". Estos dobles fondos se practicaban junto al depósito de la gasolina, en el motor del coche donde se adecuaba un compartimento, o en el salpicadero. En la operación, se han incautado un total de 12 vehículos trucados.
Los líderes de la banda se encargaban también de organizar al grupo de conductores de los vehículos de doble fondo. Los conductores, la mayoría de ellos detenidos, son personas con falta de recursos económicos y aquejados por " una urgente necesidad de dinero". Muchos de ellos poseen antecedentes penales.
A todos los detenidos se les imputa un delito de asociación ilícita y un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros. Todos han pasado ya a disposición judicial. Los Cuerpos de Seguridad que han intervenido en la operación han destacado además la férrea estructura de esta organización.
Cruzar la frontera oculto en un vehículo
La entrada ilegal a Melilla camuflado en un vehículo viene siendo en los últimos años una de las prácticas más habituales por los impedimentos que presenta la valla perimetral y su sistema de seguridad.
En ocasiones, el conductor del vehículo ha abandonado el coche en un descampado, y el inmigrante ha podido ser auxiliado tras la denuncia de ciudadanos que escuchaban gritos en el interior de un vehículo aparentemente vacío. Otras veces han sido detectados en el mismo paso fronterizo, lo que ha permitido salvar la vida a personas que ya presentaban síntomas de asfixia por los gases del motor.
Uno de los últimos intentos fallidos de cruzar la frontera se produjo el día de Reyes, cuando se encontró a una subsahariana embarazada de cinco meses escondida en un doble fondo situado junto al depósito de gasolina.
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