Camps, en su acto de desagravio: "El PSOE quiere un régimen de terror"
El PP estira la teoría de la persecución ante casi 2.000 personas en Valencia
Fue el miércoles, ante la plana mayor de su partido: "Yo no tengo ninguna intención de convertir esto [la teoría de la persecución] en el eje del debate político, pero quiero un país de ciudadanos libres e iguales", sentenció Mariano Rajoy. Sin embargo, lo cierto es que la serpiente del verano colea por empeño del propio líder. Él quiso este viernes inaugurar el curso político con un gran acto de desagravio a Francisco Camps, un mes después de que fuera retirada su imputación por cohecho. Rajoy se fue, de nuevo, a Valencia, a la plaza de toros, la misma donde en plena campaña de las europeas dijo que él estaría siempre "detrás, delante y al lado" de Camps, para celebrar el éxito judicial, hace un mes, del presidente de la Generalitat.
"La amistad es inmutable. Gracias, Mariano, por tu constante amistad", se sinceró el presidente, que, a gritos, acusó al PSOE de utilizar métodos antidemocráticos contra él. "Sigo creyendo en la grandeza de la democracia, de la libertad, seguiré trabajando para que Zapatero no convierta a España en un régimen. Yo quiero democracia, libertad, justicia, trabajo y sueños. Jueces y fiscales han de trabajar al servicio de todos. El PSOE intenta instalar un régimen de terror". Envalentonado, el president llegó a recuperar la negociación con ETA para atacar al PSOE y se ufanó de que él arrasa en las encuestas.
Dos jueces analizaron las múltiples pruebas y determinaron que podría haber regalos de varios trajes -lo que implicaría que Camps habría mentido públicamente y ante la Justicia al decir que los pagó-, pero consideran que eso no es delito porque no los recibió por su cargo de presidente. Pero para Rajoy y Camps lo único importante es que de momento no habrá juicio.
Rajoy, un hombre poco dado a los excesos, se ha volcado con Camps de forma desproporcionada, muy por encima de cualquier otro barón territorial, sobre todo de su rival, Esperanza Aguirre, también afectada de lleno por el caso Gürtel. Y este viernes quiso de nuevo exhibir ese respaldo. Pero el líder del PP, que ha decidido, después de ese éxito judicial en Valencia, pasar al contraataque, no se conforma con el acto de Valencia, donde 1.800 personas aplaudieron en pie a Camps cuando Rita Barberá celebró "que la justicia brilló con luz propia y puso fin a la infamia" de la imputación y a la "cacería despreciable". Rajoy insistió en esa línea: "Los socialistas son los grandes derrotados, ni en política ni en la vida vale todo, y la gente se ha dado cuenta. Si vuelven a las andadas, daremos las batallas y las ganaremos".
Acoso parlamentario
Es Rajoy, según varias personas de su entorno, quien con más fuerza impulsa la teoría de la persecución. Y por eso ha ordenado que se siga la batalla por tres vías. Primero, la parlamentaria: la próxima semana esa teoría tendrá un gran protagonismo en la sesión de control. De las 10 preguntas del PP, tres están relacionadas directamente con esa teoría, y dos colateralmente.
Aunque la teoría de la persecución tendrá un gran protagonismo en la sesión, Rajoy ha querido cuidar su imagen -ha sido muy criticado por poner el foco en este asunto y no en su alternativa- y en vez de preguntar sobre este asunto, como prometió en verano, lo hará sobre financiación autonómica. Pero después manda a su tropa a tratar de arrinconar a la vicepresidenta primera, al ministro del Interior o al de Justicia. Soraya Sáenz de Santamaría, por ejemplo, preguntará a María Teresa Fernández de la Vega "¿Cree el Gobierno en la separación de poderes?"
La segunda vía es la denuncia pública constante y el informe que prepara Sáenz de Santamaría con 150 casos que, en su opinión, demuestran la diferencia de trato de la fiscalía y la policía con el PP. Y la tercera vía es la judicial. El PP presentó en julio una denuncia contra la revelación por parte de EL PAÍS de parte del sumario del caso Gürtel y confía en que siga adelante.
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