El cambio de marcha de Luzón
El consejero director general del Santander había alcanzado el techo como responsable de la división América y agotado las posibles esperanzas de ascenso
"En el momento de la despedida me gustaría dejar un mensaje final muy simple: hay que viajar, sí, pero llevando una mochila llena de principios y valores. Y entre ellos, quizá el más importante, sea el del esfuerzo y la autoestima". Son palabras de Francisco Luzón López recogidas de su discurso de investidura como doctor honoris causa por la Universidad de Castilla-La Mancha el pasado 21 de junio. Lo escuchó un nutrido grupo de empresarios, banqueros, académicos, políticos en activo y retirados, compañeros del consejo de administración del Banco Santander, directivos de la propia entidad...
Luzón tituló su conferencia El viaje es la recompensa y muchos -presentes y representados- hicieron entonces una lectura que iba más allá del acto. Seguramente, cuando el jueves trascendió que Luzón dejará mañana el citado consejo y se irá del banco, muchos habrán recordado aquella circunstancia, a la que se sumó con posterioridad la concesión en el último Consejo de Ministros presidido por José Luis Rodríguez Zapatero de la medalla al Mérito en el Trabajo.
De hecho, en la Ciudad Financiera del banco en Boadilla del Monte (Madrid) era una comidilla casi diaria desde entonces, así como las elucubraciones sobre los motivos que han llevado al banquero a tomar esta decisión. Estos no se conocen, pero todo apunta a que Luzón había alcanzado ya un techo en su labor como consejero director general de la división América y se le habían acabado las esperanzas, si alguna vez pasaron por su cabeza, de ascender a nuevas responsabilidades. Una posibilidad que corrió a raíz de las turbulencias jurídicas que arrastraron al vicepresidente y consejero delegado Alfredo Sáenz, condenado por el Supremo e indultado parcialmente por el Gobierno socialista.
En cualquier caso, cierto es que desde 1999, año en que se hizo cargo de esa división, no ha parado de volar con su equipo -entre otros, su sustituto como director general, Jesús Zabalza, y el director general adjunto, José Juan Ruiz- por el continente americano y abrir puertas al Santander en ese mercado, que ahora es la principal fuente de recursos de la entidad.
Así que, con 64 años recién cumplidos el 1 de enero, ha debido pensar que le tocan otras tareas. Luzón, que fue uno de los jóvenes cachorros de Pedro Toledo en el antiguo Banco de Vizcaya y se ha dedicado a la banca desde que entró en esa entidad en 1973, deja ahora el sector. En su entorno se asegura que quiere discurrir por otros derroteros, porque considera acabada una etapa, "y hacer España" siguiendo la recomendación del expresidente estadounidense John F. Kennedy, al que rememoró en su investidura manchega: "Preguntad no qué puede vuestro país hacer por vosotros; preguntad qué podéis hacer vosotros por vuestro país".
El mensaje se lo ha hecho llegar a sus allegados: desarrollar nuevos proyectos y buscar oportunidades para lo que él denomina "devolver valor al país y a la sociedad", en línea con la frase de Kennedy. En algunos encuentros e intervenciones recientes ha aprovechado para lanzar esa idea: "Hay que regenerar el país de arriba abajo, en todas las esferas, incluida la empresarial".
En ese sentido y al margen de lo que pueda iniciar por su cuenta, es seguro que su experiencia le hará aparecer como candidato para ocupar puestos de consejero en más de alguna entidad -lo es de Inditex- fuera de la banca, en la que por razones lógicas no puede trabajar fuera del Santander. "A no ser que el PP le llame para gobernador del Banco de España", según apuntaba irónicamente un excolaborador recordando su cercanía histórica a los socialistas y que fue destituido por el PP de la presidencia del grupo bancario entonces público Argentaria cuando llegó al poder en 1996 para colocar a Francisco González. Significativamente fue, además, el primer cambio que hizo el PP. Pero todo es posible. Sería una forma de recompensarle y, además, Luis de Guindos le valora.
Luzón había creado Argentaria por orden del entonces ministro de Economía, Carlos Solchaga, a partir del Banco Exterior y toda la banca pública. Su labor fue reconocida por Emilio Botín, que a los pocos meses le llamó para integrarse en el Santander y formar parte de su consejo, donde se encontraría con antiguos vizcayas como Alfredo Sáenz y Ángel Corcóstegui.
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