Ubesol sube como la espuma

Ubesol-Maverick, proveedor de cosméticos y productos de limpieza para la cadena de supermercados Mercadona, sortea la crisis económica con índices de crecimiento de dos dígitos desde hace varios años. El grupo cerró 2009 con unas ventas de 196 millones de euros, un 33% más que el año anterior, y 92 nuevos trabajadores. La plantilla actual es de 520. Las estimaciones para 2010 apuntan a unos beneficios en torno a 220 millones de euros, pero para 2011 se elevan a 270. La compañía estima que contratará a otros 80 trabajadores hasta finales de 2011. "Cuando asisto a algún foro empresarial, me da un poco de vergüenza comentar cómo nos van las cosas", comenta David Sánchez, responsable de relaciones externas del grupo, "pero no perdemos la cabeza, hay que mantener la humildad".

Del monoproducto para el multicliente al multiproducto para el monocliente

Ubesol es una empresa fundada por Jorge Úbeda y José Luis Soler en la localidad de Atzeneta de Albaida (Valencia) en 1980. Los dos socios comparten a medias todo el capital. Ubesol fabricaba fregonas y bayetas en una planta textil. "Un negocio en el que no cabía mucha innovación", admite Pérez. Producían marca blanca para varios distribuidores.

Ubesol siempre tuvo a Mercadona entre sus clientes, pero en 2002 se convirtió en interproveedor de la cadena de supermercados. A finales de ese año, Ubesol abrió una segunda planta de higiene en la que arrancó la producción de toallitas húmedas para bebé, desmaquilladoras, para limpieza del hogar...

"Dejamos la marca blanca por el producto recomendado", comenta Sánchez. Ubesol produce hasta 61 referencias para Mercadona con la marca Bosque Verde. "Pasamos de un mercado envejecido a la última tecnología de fabricación, del monoproducto para el multicliente al multiproducto para un monocliente".

La nueva relación con Mercadona revolucionó toda la estrategia de empresa. "Cuando produces marca blanca priman los precios sobre la calidad. Cuando fabricas una marca recomendada tienes que primar la calidad, la satisfacción del cliente. Y luego ajustas los precios en la medida de lo posible".

Ubesol cuenta con una planta textil de 15.000 metros cuadrados, una segunda planta de higiene de 12.000 y un almacén robotizado de 6.000 metros cuadrados capaz de albergar 20.000 palés.

Maverick era una empresa química fundada en 1991 con sede en Ulldecona (Tarragona) y especializada en geles de baño, champús y cuidado capilar. Pedro Murillo, propietario de Maverick, era interproveedor de Mercadona desde 1995, pero sus hijos no estaban interesados en sostener el negocio. Cuando se jubiló, Murillo vendió la empresa a los dos socios de Ubesol.

Maverick tenía una planta de producción de 7.000 metros cuadrados, parte de la cual se ha reconvertido en almacén. Ahora cuenta con una segunda planta de fabricación de productos de higiene y cuidado capilar y corporal de 16.500 metros. Maverick produce 158 referencias para Mercadona con las marcas recomendadas Deliplus y Stylius, una línea bautizada como profesional y apadrinada por el peluquero valenciano Tono Sanmartín.

El último paso ha sido la compra de Suquinsa, un proveedor tanto de Ubesol como de Maverick, con sede en San Fernando de Henares (Madrid). "Las botellas de plástico soplado que usamos para nuestros geles o champús se producen en Madrid. Teníamos que cargar toneladas de aire hasta Ulldecona para llenarlas y trasladarlas de nuevo al bloque logístico de Mercadona en Ciempozuelos, también en Madrid. Primero le pedimos a Suquinsa un espacio para producir en su planta y finalmente hemos incorporado al grupo a nuestro proveedor".

Ubesol-Maverick reproduce con sus proveedores las mismas estrategias que aplica Mercadona. "Es como una relación de pareja sana, a partir de una afinidad se plantea un proyecto común; puedo trabajar con tranquilidad a largo plazo, pero siempre con la garantía de que voy a cumplir mis compromisos".

David Sánchez añade que la política de libros abiertos, en la que proveedor y distribuidor comparten todos los datos de sus respectivas estrategias, "permite ver la cadena de valor como un todo". "No me limito a servir un producto y olvidarme, sino que sigo toda su evolución hasta el cliente final".