El dolor de los familiares vuelve a teñir de negro IFEMA
Las víctimas del accidente de Barajas permanecerán en el pabellón 6 del recinto ferial de Madrid para que sus familiares puedan reconococerlos.- Un equipo de 80 personas se encargará de prestarles ayuda psicológica
La tensa espera y las escenas de dolor vuelven a dejarse ver en el pabellón de 6 de IFEMA. Cuatro años después del 11-M, las instalaciones del recinto ferial de Madrid vuelven a acoger, en esta ocasión, a los familiares de las víctimas del accidente aéreo de Barajas. Alrededor de las 19.30 han llegado a las instaciones del recinto los personas que reconocerán los cadáveres a través de un dispositivo similar al del atentado del 11-M. Les apoyan un equipo de 80 profesionales del SAMUR, SAMUR-Social y Madrid Salud que prestarán ayuda psicológica.
Hasta las 10 de la noche, al menos 20 furgonetas negras con los cuerpos de las víctimas han llegado al IFEMA. Son los únicos vehículos que pueden entrar en el recinto sin que los conductores tengan que identificarse en el portón de entrada. Los de los demás coches reciben orientación para usar el acceso este, incluso los que llegan con el rostro marcado por el llanto, de manera apresurada. "Tenía un pariente en el vuelo, ¿cómo puedo entrar?", pregunta un joven conductor de unos 25 años al guardia que vigila la entrada. "Perdón, pero tienes que buscar el otro acceso", le contesta. "Ya me lo habían dicho, pero estoy mareado con esto y no puedo ordenar los pensamientos", devuelve el joven, antes de dar marcha atrás y salir rápidamente.
Luego le contarán en las oficinas del pabellón 7 del IFEMA la difícil tarea que le esperaba. Primero, describir a uno de los 80 miembros de los equipos de asistencia psicológica y social los rasgos físicos de la víctima: color del pelo, estatura, señales características y ropas. La identificación seguirá con la búsqueda por uno de los sanitarios de los cuerpos, o partes de cuerpos, que se asemejen a la descripción. Luego, al joven le tocará ver tan sólo aquellos que corresponden a estas características (se permite el acceso de apenas uno familiar al tanatorio). No necesitará pasear por los más de cien cadáveres de niños, mujeres y hombres alineados en el pabellón 6 del IFEMA.
A diferencia de lo que se hizo en los atentados del 11 de marzo, el bloqueo policial en Campo de las Naciones impide el paso a los periodistas en la rotonda donde están las entradas de metro. Los voluntarios que llegan tienen permiso para acceder a los pabellones. Se les apunta los nombres, en caso de que no sean necesarios. "Nos han dicho que necesitan a lo mejor médicos y psicólogos", explica la abogada Rocía Divar, 26 años. "Y también que se preocupan por la seguridad de las autoridades que llegarán. Así que no quieren extraños caminando por los pabellones", añade, mientras la observan una docena de vecinos, apoyados en las gradas de los portones. No han venido a ayudar, tampoco conocen a alguien en el vuelo. Son curiosos. Se acercan al cordón policial cuando llegan los coches sin sirenas, como el del joven que busca un pariente. "Siempre paseo por aquí y decidí venir con mi mujer", cuenta un hombre de 80 años. "Si tardar mucho en terminar nos vamos a casa y lo vemos en la tele", completa la mujer.
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