Los trabajadores del SER rechazan el preacuerdo y siguen en huelga

De acuerdo, nada. Los trabajadores del Servicio de Estacionamiento Regulado (SER) de Madrid han rechazado esta tarde en asamblea el consenso alcanzado tan sólo unas horas antes por los sindicatos y las empresas concesionarias. Como ya ocurrió con la huelga de la EMT, el Ayuntamiento había anunciado por la mañana un preacuerdo que luego los empleados se han negado a ratificar. El pacto contemplaba una subida salarial del 33% en cuatro años y otras mejoras sociales y de seguridad. Así las cosas, la huelga de parquímetros continuará el lunes. Pero mañana sábado vuelven las multas en las zonas verde y azul.

Según han informado a este periódico fuentes sindicales, a la asamblea, que ha comenzado a las 16.30 en la sede de CC OO, han asistido unos controladores y la votación se ha realizado a mano alzada. La huelga, que sólo se realiza los días laborables, comenzó el pasado día 19 y está previsto que se prolongue hasta el 13 de junio. La semana que viene, los trabajadores están convocados a otra asamblea con el fantasma de la huelga indefinida si no avanzan las negociaciones. Esta mañana, sin embargo, el acuerdo parecía posible. El concejal de Movilidad, Pedro Calvo, anunció el preacuerdo que debía poner fin a la huelga del SER en respuesta a una intervención de IU, que criticaba la inacción del equipo municipal al respecto.

A las 11.00 se habían reanudado las negociaciones entre representantes de los trabajadores, de UGT y CC OO, y las dos patronales que engloban a las concesionarias, Asesga y Anere en el Instituto Laboral tras la reunión que concluyó sin acuerdo a las cinco de la pasada madrugada. Y poco después se producía el acuerdo. Al hacer el anuncio en el pleno del Ayuntamiento de Madrid, Calvo subrayó, eso sí, que dependía de los trabajadores aceptar o no el regreso al trabajo. En líneas generales, el convenio colectivo, de cuatro años de duración, contempla un aumento de sueldo del 15% el primer año, del 10% el segundo y del 5% los otros dos últimos -la subida salarial acumulada es del 33%-, según el concejal. Además, incluye otras mejoras sociales y de seguridad, que Calvo no precisó.

Más salario y más seguridad

Mientras tanto, a las puertas del Ayuntamiento se desarrollaba una protesta de los controladores. Al grito de "¡Que salga Gallardón a sancionar!" varias decenas de trabajadores del SER se han manifestado desde las 9.00 ante la Casa de la Villa para pedir que el Ayuntamiento medie ante las empresas. El delegado de Seguridad reiteró la tesis de que el Ayuntamiento no es parte en el conflicto, ya que son las empresas concesionarias del SER y los representantes de los trabajadores los que tienen que negociar. Además, hizo hincapié en que el conflicto no afecta sólo a Madrid, sino a toda la región, por lo que el consistorio se ha limitado a intervenir de forma indirecta.

El SER emplea a 1.800 personas en ocho municipios de la Comunidad -Madrid, Arganda del Rey, Alcobendas, Alcalá de Henares, Aranjuez, Majadahonda, Ciempozuelos y Collado Villalba-. No obstante, recordó que el Ayuntamiento ha anunciado a las empresas concesionarias de los parquímetros -Eysa, Dornier, UTE-Vea, Sufi-Hixine y Setex-Sufi- que no va a ser "el pagador" de esta huelga y que se las exigirán daños y perjuicios por la falta de ingresos y por la falta de recaudación en multas. Hoy se cumplen 10 días de huelga en los que el consistorio ha dejado de ingresar en total 10 millones de euros. Con los controladores del SER trabajando al máximo, cada día el Consistorio ingresa unos 260.000 euros por el pago de los tiques.

Ese dinero, desde hace 10 días, no entra en las máquinas expendedoras ni en las arcas municipales. A esa cantidad hay que sumar el dinero del canon que el Ayuntamiento sigue pagando a las concesionarias, pese a que no prestan el servicio comprometido en el pliego de condiciones. Son 245.775 euros más al día, a los que hay que sumar el importe de las multas. Los trabajadores pedían aumento de sueldo -ganan 820 euros por siete horas diarias de trabajo-, que la empresa cubra las bajas, que les cambien el uniforme y que les proporcionen vestuarios para cambiarse, así como más seguridad.