El PSE triunfa 15 años después
En medio del profundo dolor que les destroza desde que el viernes fuese asesinado por ETA su compañero Isaías Carrasco, los socialistas vascos tuvieron ayer un tremendo momento para la alegría, al ganar con enorme claridad las elecciones generales en Euskadi con el 38,13% de los votos y nueve escaños (siete en 2004), cuando estaba escrutado el 99,50%. El líder del partido, Patxi López, dedicó su triunfo a "todas las víctimas" y en especial a Carrasco y su familia. Desde hacía 15 años, también en unas generales, el PSE no vencía en las urnas en el País Vasco en cualquier tipo de comicios. La polarización de la campaña entre Zapatero y Rajoy ha jugado en contra de las expectativas de los nacionalistas, que no pudieron llegar a cuajar una candidatura unitaria y se enzarzaron al final en una pelea por el voto útil abertzale fatal para EA, que desaparece del Congreso.
La victoria del PSE de Patxi López sobre el PNV de Iñigo Urkullu es absoluta: gana en el Congreso, en el Senado, en las tres provincias, en las tres capitales y en la mayoría de grandes localidades. Los peneuvistas sufren un serio correctivo, cuando su objetivo confeso era conseguir "un grupo fuerte" en el Congreso. El propio Urkullu daba por hecha, apenas comenzada la campaña, la victoria socialista, sin sospechar cómo iba a afectar eso a sus filas. Siempre que el PSOE ha obtenido victorias de calado en el conjunto de España ese efecto se ha reproducido de forma muy clara en la País Vasco.
El PNV sólo cede un escaño, el que se elegía de menos en Vizcaya por la caída de población, pero se queda a once puntos del PSE, cayendo seis puntos con respecto a las pasadas generales. La derrota resulta todavía más dura para el PNV: por vez primera en la historia pierde en dicha provincia, su principal feudo, donde cede más de seis puntos. Urkullu anunció que su partido abrirá una "reflexión serena y estructural" sobre lo ocurrido.
Los socialistas son los beneficiarios en Guipúzcoa de la desaparición de EA, ratificando la victoria que ya obtuvieron en las municipales y forales -en este caso por vez primera- del pasado mayo. Ello acentúa la incomodidad para el sector soberanista del PNV, afincado especialmente en esa provincia bajo la égida de Joseba Egibar. El PSE le saca al PNV en la provincia más nacionalista 15 puntos.
El PP resulta también alcanzado por la marea socialista y pierde en el último momento a manos del PSE un escaño en Vizcaya. Su mensaje frontal a lo largo de toda la campaña contra el proceso de paz emprendido la pasada legislatura por el Gobierno socialista apenas ha tenido eco en el electorado.
EA convirtió la campaña, en especial desde que la izquierda abertzale se decantó por la abstención, en una pelea vital por el voto útil en el nacionalismo, en la que llegó a enfrentarse con dureza a su socio de gobierno peneuvista. Sus únicas opciones pasaban por mantener el escaño que tenía en Guipúzcoa, que cede. Desde su nacimiento en 1986, EA siempre había tenido representación en Madrid.
EB sigue sin recuperar el escaño por Vizcaya que obtuvo hace 12 años, única vez que ha tenido presencia en el Congreso. Aralar seguirá fuera del Congreso.
La otra incógnita que se resolvía ayer en las urnas vascas era la llamada a la abstención que ETA había impuesto a la izquierda abertzale, que sólo tuvo eco notable en Guipúzcoa. Se queda en conjunto en el 35,10%, once puntos por encima de la media nacional.
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