El Málaga, en Europa

Primero la permanencia, luego lo que venga, pensaban en voz alta en Málaga. Pues la permanencia ya está hecha y lo que venga ya está aquí. El Málaga se llevó de Valladolid tres puntos que le colocan en posiciones de UEFA. El equipo de Tapia tiró de puntería primero, dos goles en tres ataques, y de un poco de fortuna después. El Valladolid se tuvo que deshacer de una hora de modorra para amenazar la portería de Goitia y cuando lo hizo se dio de bruces con la mala suerte, dos palos, el portero y al final con el árbitro.

El Valladolid vive de rachas, de grandes momentos y de ratos espantosos y parece que después de perder en Almería un partido que ganaba con facilidad y contra nueve ha comenzado otra etapa de sufrimiento. Ayer saltó al césped con un bajón de tensión, con plomo en las botas y en las ideas porque al Valladolid le cuesta vérselas con equipos a los que se parece y el Málaga es uno de los que más se le parece, presión en todo el campo, pelea intensa, ataque rapidísimo. Además Mendilibar tuvo que estrenar pareja de centrales, Baraja y Bea, que falló. Luque, corrió por el centro, les escondió el cuero y lo colocó con el exterior de la zurda en el palo del portero.

La falta de tensión se tornó extravío permanente y a la verbena de la defensa se fueron añadiendo futbolistas y líneas. Borja y Álvaro Rubio dimitieron de todo, Pedro León no atinaba a colocar un centro en condiciones. El Málaga vivía una tarde plácida, se defendía sin complicaciones, Goitia no llegaba a estrenarse, y cada vez que pasaba el centro del campo le daba un ataque de nervios al Valladolid. Al borde de la histeria, Bea derribó a Eliseu en el área, un penalti que Apoño convirtió.

En la segunda parte el Valladolid se volcó y las ocasiones llegaron sin cesar. Dos palos, varias paradas de Goitia, y gol de Oldoni. Sonaba la corneta cuando el banquillo del Valladolid se enredó con el cuarto árbitro. El árbitro entró en el jaleo y expulsó al entrenador, a su segundo y al médico. El Málaga enterró la reacción con un golazo de Nacho que ratificaba su entrada en la zona europea de la clasificación.