Solvente Villarreal
El cuadro de Pellegrini gana sin alardes a un cándido Mallorca
El espíritu de los equipos se agranda o achica en función de los resultados. Enamoran las buenas intenciones. Los hechos refuerzan o envilecen las ideas. El Villarreal recuperó frente al Valencia sensaciones perdidas, validadas con el punto conseguido. Ante el Mallorca se reencontró con la victoria con más solvencia que alardes, aprovechando la candidez del rival, aplicándose con concentración y rigor en defensa. Con poco. Demasiado para un Mallorca que está para tumbarse en el diván.
El Mallorca tiene que hacer frente a las deudas vendiendo los activos. A Gregorio Manzano poco se le puede discutir. Esta plantilla es la que tienes y te apañas, se le dijo antes de iniciarse el curso. Posee algún que otro jugador destacable como Aduriz, un delantero incordio. O Varela, que golpea duro con ambas piernas. Pero, en general, el Mallorca es uno más del pelotón, con apreciables límites y contadas virtudes.
Villarreal 2 - Mallorca 0
Villarreal: Diego López, Ángel, Fuentes, Godín, Capdevila, Bruno, Senna, Ibagaza (Pires, m.72), Cazorla, Rossi (Cani, m.83) y Llorente (Guille Franco, m.64)
Real Mallorca:: Aouate, Josemi, Nunes, Ramis, Corrales, Mario Suárez, Martí, Varela, Scaloni (Webó, m.46), Jurado y Aduriz (Keita, m.86).
Goles: 1-0, m.29: Capdevila. 2-0, m.33: Rossi, de penalti.
Árbitro: Ramírez Domínguez (Comité andaluz). Mostró tarjeta amarilla al visitante Ramis.
Incidencias: partido de la decimonovena jornada de Liga disputado en el estadio de El Madrigal ante 16.000 espectadores. Terreno de juego en buenas condiciones. El piloto José Manuel Pellicer, reciente ganador del Africa Race en la modalidad de motos, hizo el saque de honor.
Se difuminó el brillante comienzo del Villarreal, que recordó al de sus mejores tardes. Con Senna de nuevo a la batuta, con Bruno compartiendo labores oscuras y creativas, el conjunto de Pellegrini, elegante y preciso, daba plácida circulación al esférico. Entonces al Mallorca le dio por facilitar las cosas, por no atenerse a ciertos principios básicos en el fútbol, desatendiendo el marcaje en una jugada de estrategia. Capdevila, que tiene la extraña habilidad de situarse en el instante y lugar preciso en las jugadas de ataque a balón parado, se encontró solo en zona de remate a la salida de un córner. Y no tuvo más que dirigir la cabeza a la portería, tras el preciso envío de Ibagaza. Tres minutos después, a Ramis le dio por embestir a Cazorla en un balón colgado al área. Rossi, el especialista, doblaba la ventaja tras anotar el penalti. Lo que no había hecho el Villarreal se lo facilitó el Mallorca. Se relajó el Villarreal a la espera del golpe definitivo. Asomó Diego López en un par de intervenciones que fundieron las escasas esperanzas de los bermellones.
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