La negociación salarial enfrentará en otoño a patronal y sindicatos
UGT y CC OO anuncian movilizaciones si no se desbloquean los convenios
Las relaciones entre los sindicatos y la patronal no pasan por su mejor momento. El diálogo social está roto. El acuerdo de negociación colectiva, que fija los criterios para los convenios, no se ha renovado por primera vez en seis años. La escalada verbal no ha cedido ni en agosto. En cambio, el número de convenios firmados en 2009 es históricamente alto. Las huelgas hasta marzo -última cifra disponible- han caído al nivel más bajo en cinco años. Pese a lo que dicen las cifras, todo parece indicar que es la calma propia de los momentos antes de estallar la tormenta.
Los sindicatos llevan tiempo denunciando que los empresarios tienen bloqueada la firma de 1.500 convenios y de la suerte de estos acuerdos va a depender que no suba la temperatura en el otoño laboral. "Dependerá de lo que la patronal flexibilice su posición", afirma Paloma López, responsable de Empleo de CC OO.
La CEOE considera inamovible su rechazo a mejoras por encima del 1%
El temor a la crisis ha reducido la conflictividad en lo que va de año
Los sindicatos dicen que la patronal bloquea la firma de 1.500 acuerdos
Hasta julio el alza salarial media pactada se situaba en el 2,67%.
La clave será la revisión de los salarios. Los sindicatos reclaman, como norma general, al menos una subida del 2%, de acuerdo con los objetivos de inflación del Banco Central Europeo. Ese incremento es superior al que se avecina para el empleo público el año próximo, pues el Gobierno pretende aplicar subidas inferiores al 1% a los funcionarios.
Los empresarios, en sus circulares internas y también en público, reclaman que las revisiones se sitúen entre el 0% y el 1%. Fuentes de la CEOE avisan de que ésa es una posición inamovible. Su presidente, Gerardo Díaz Ferrán, ha llegado a decir que los sueldos deberían bajar un 1%, a la vista de la evolución de la inflación (en julio, los precios cayeron un 1,4%). No obstante, las mejoras salariales se pactan con el índice de precios de consumo de diciembre y para ese mes los expertos vaticinan subidas, aunque leves, de ese indicador. De momento, los sindicatos parecen tener ganada la partida. Hasta julio el alza media de los salarios se situaba en el 2,67%.
"Los datos son engañosos este año", advierte Toni Ferrer, secretario de Acción Sindical de UGT. Según Ferrer, donde más se nota el bloqueo de CEOE no es en los convenios de empresa, sino en los de ámbito sectorial y provincial. En un informe interno del sindicato de julio se citan las ramas de limpieza de edificios, la recuperación de residuos y las empresas de seguridad como ejemplos de situación bloqueada. "Hay sitios donde la patronal incluso se niega a constituir la mesa de negociación", añade Ferrer. Cuando se le pregunta por qué esa tensión latente no se traslada a los datos de conflictividad, afirma: "La gente actúa de manera responsable y la presión aún no ha salido". No hay que descartar el temor a la crisis y a la pérdida del empleo.
La prueba de que la calma es más aparente que real es el recurso a los juzgados para reclamar el cumplimiento de lo firmado en los convenios respecto a los sueldos. Los sindicatos afirman que en lo que va de año se ha recurrido más a los tribunales y que en la inmensa mayoría de los casos los jueces les han dado la razón. Ese fue el caso de las explotaciones frigoríficas o del sector del transporte alicantino. Confirma esta versión Juan Antonio Sagardoy, catedrático del Derecho del Trabajo, aunque no está de acuerdo con los fallos judiciales.
Los responsables sindicales advierten que si no se desbloquean los 1.500 convenios, a la vuelta del verano se reunirán con sus federaciones territoriales y sectoriales para diseñar una estrategia de presión y desencallar los convenios. Y para ello no descartan recurrir a las movilizaciones. "Si no se activan los convenios, habrá una situación más complicada que la actual", advierte López.
"El problema es el futuro comportamiento de los sindicatos, que no deberían abandonar su postura moderada en la negociación. Pero la CEOE no se lo está poniendo fácil", afirma Valeriano Gómez, ex secretario general de Empleo con Jesús Caldera. Gómez no habla sólo de la ruptura del diálogo social, sino del esquema de negociación colectiva y de revisión salarial seguido desde 2002. En su opinión, éste debe ser el mantenido en los últimos años, ya que permite la moderación de los sueldos en épocas de crecimiento y que no se pierda poder adquisitivo en las crisis.
La temperatura en las cúpulas de los agentes sociales se ha caldeado. La ruptura del diálogo social y la falta de acuerdo en la negociación colectiva no ayudan. Pero eso tampoco tiene por qué ser determinante. "La negociación de convenios tiene vida propia, la influencia externa no incide tanto. Influye más la crisis que el desacuerdo institucional", explica Marcos Peña, presidente del Consejo Económico y Social y buen conocedor del mercado laboral. No obstante, López, de CC OO, puntualiza que lo normal es que desde la cúpula se dicten los criterios que normalmente son seguidos en los escalones inferiores.
En línea con la tesis de Peña se expresa Juan Antonio Sagardoy: "Va a haber una conflictividad más institucional que otra cosa". "No está en el ánimo de la gente ir a la huelga", declara desde su experiencia como negociador en su despacho laboralista. Sagardoy cree que las empresas, con la crisis y la caída del consumo y de los beneficios, no tienen mucho margen para adaptarse a las demandas sindicales. "Las compañías no están para bromas", afirma.
La orilla sindical no comparte esa opinión. Ferrer y López no creen que la situación de las empresas sea tan desesperada como para no cumplir lo firmado o desatender reclamaciones que sí se tomaron en consideración en años anteriores. Si lo fuera, entienden, el recurso a las cláusulas de descuelgue -las que permiten no cumplir lo estipulado en los convenios de ámbito superior a las empresas si su situación económica se deteriora- sería mayor.
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