Del "no me voy" de Kaká a la 'sensatez' de Laporta
El verano ha estado jalonado de rumores, desmentidos y declaraciones equívocas
Hasta en el lugar más perdido de África, sin alumbrado, ni semáforos, ni teles casi, los niños sabían que Cristiano Ronaldo aterrizó en Madrid una mañana de junio para vestirse de blanco. Antes había venido Kaká que, ocho días antes de pisar Chamartín, pidió a medio mundo que le dejaran en paz: "Lo diré por última vez. No quiero dejar Milán. No quiero ser manipulado. Lo que quiero decir a los millones de seguidores rossoneri es que he elegido. Quiero quedarme", fueron las palabras del brasileño a los medios italianos.
Y eso que Jorge Valdano seguía repitiendo la misma frase: "Al principio teníamos prisa. Pero ahora hay que frenar: hasta que no salgan algunos no traeremos a otros...", decía el 3 de julio. Llegaron Granero, y Xabi Alonso, y Arbeloa... En fin, que a las frenadas se dedicaron otros, como el obispo de Barcelona que, un poco incómodo con el glamour florentiniano, y por si hacía falta una opinión más, decidió intervenir en el debate futbolero. "No se puede gastar semejante dinero en época de crisis", dijo indignado una tarde de julio.
El Barça presumió de "buen criterio" antes de gastar 65 millones en Ibrahimovic
En julio Valdano dijo: "hay que frenar". Luego llegaron Granero, Xabi, Arbeloa...
Por supuesto que Joan Laporta, el mismo que aseguró que, de ser por él, Eto'o nunca se iría del Barça y que, de ser siempre por él, el Barça no ficharía a nadie, no le hizo caso. Primero vendió al camerunés, y eso que el 19 de junio sorprendió a más de uno diciendo: "Quiero que Eto'o concluya su carrera en el Barça. Si por mí fuera lo renovaríamos"; nueve días después ya había cambiado de registro: "Ha llegado una oferta descomunal y aunque creo que Samuel se quiere quedar, es algo para que cualquiera se lo piense". Bueno, a lo que íbamos, que primero vendió al camerunés y luego, con ese dinero (20 millones), y otros 45 trajo a Zlatan Ibrahimovic. Y eso que, tras los rumores sobre su fichaje, el Inter, a mediados de junio, sacó un comunicado desmintiéndolo rotundamente. "En estos tiempos de mercado de fichajes, es suficiente un titular en un periódico para transformar en verdad una hipótesis sin fundamento". Cosas del verano.
Un par de semanas antes de que vaciar su cartera, Laporta, igual que el obispo, había criticado la política de fichajes de Florentino. "En el Barça estamos ajustados al mercado, regidos por el buen criterio y la sensatez. Lo otro es una política imperialista". Eso sí, luego se gastó más que el Madrid en Kaká para traer al sueco y librarse de Eto'o. Tanto que Mourinho, siempre al quite allá donde hay polémica comentó: "¡Y yo que pensaba que estas locuras sólo las hacía el Real Madrid!".
El presidente blaugrana lo seguía viendo de otra forma. "Lo nuestro es diferente, la incorporación de Ibra ha sido de 45 millones más Eto'o que lo ha redondeado. Esto resuelve una situación deportiva cuya solución era perentoria. Además la nuestra es una operación rentable, se ha hecho sin destinar ni un euro de deuda bancaria", explicó. Cosas del verano.
Como el culebrón que vivió Villa, que tuvo que leer que Valdano consideraba los 37 millones que pedía el Valencia "un precio prohibitivo"; luego que Florentino daba por hecho su llegada al Bernabéu y, todavía en junio, cómo Valdano daba por terminada.
En julio vendría el flirteo con el Barça y el plante de Llorente. Si es que al final, el único que tenía razón era Enrique Cerezo. "Agüero y Forlán no se mueven de aquí. Y si alguien quiere ver juntos al Kun y a Messi, pues que pongan un partido de Argentina o que vengan al Calderón". Era el 8 de junio.
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