Las turbulencias pasan factura a Irlanda y Portugal

El anuncio de Grecia de que someterá a un referéndum los acuerdos de la UE para un segundo rescate y el recrudecimiento de las dudas en los mercados que ha provocado la decisión está pasando factura también a los otros dos países del euro que han necesitado la ayuda de sus socios: Portugal e Irlanda.

En Portugal, el Tesoro luso se ha visto obligado a elevar los intereses a su deuda a tres meses, la única que se le permite emitir desde que se activó el rescate por 78.000 millones de euros el pasado abril, hasta niveles desconocidos no solo desde el inicio de la crisis fiscal de la eurozona, sino desde que abrazó la divisa única en 1999.

Las mayores dudas de los inversores se han saldado con un ascenso del tipo de estas letras hasta el 4,997%, ligeramente por encima del 4,972% de la última operación a los mismos plazos. La demanda, alentada por esta alta rentabilidad y por el hecho de que el país está sobrellevando más que bien el rescate, ha más que duplicado la oferta. Portugal, que en septiembre ya se vio forzado a pagar más de un 5% por sus letras a seis meses, abona en torno a un 5% de media por la asistencia financiera de sus socios europeos y el FMI.

En cuanto a Irlanda, el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FESF, por sus siglas en inglés) ha suspendido una subasta de deuda que tenía prevista para captar 3.000 millones de euros. El objetivo de este dinero era financiar el rescate de Irlanda.

El fondo, dependiente de Bruselas, ya redujo la semana pasada el objetivo máximo de la operación de 5.000 a 3.000 millones. Un portavoz de este instrumento de emergencia asegura que la cancelación se ha debido al "deterioro de las condiciones del mercado". "La emisión, prevista desde hace tiempo, ha sido suspendida, debido a las actuales condiciones en los mercados y la gran volatilidad" en los mismos, ha añadido Christof Roche. La emisión de bonos con vencimiento a diez años, se efectuará "en un futuro próximo", pero no esta semana, ha asegurado.

El FESF designó la semana pasada tres bancos (Barclays, Crédit Agricole CIB y JP Morgan) para dirigir la próxima emisión de bonos para la asistencia financiera a Irlanda. El fondo temporal de rescate estrenó sus emisiones de bonos en enero pasado con una a cinco años por 5.000 millones de euros, destinados al programa de rescate de Irlanda, y desde entonces ha lanzado otras dos para obtener fondos para el programa de asistencia a Portugal.

Por otra parte, el primer ministro irlandés, Enda Jenny, ha reconocido que no le parece "sorprendente" que el Gobierno griego convoque un referéndum sobre el segundo rescate de la UE, pero ha descartado cualquier similitud entre la situación de la economía irlandesa y la helena. Según ha argumentado, el Ejecutivo irlandés no se plantea una medida de estas características y su objetivo es hacer frente a los compromisos acordados para convertirse en el primer país de la eurozona en restaurar la confianza de los mercados y salir de un programa de rescate.

"Es empatía y solidaridad, no envidia, lo que siento por nuestros conciudadanos de la UE en Grecia", afirma Kenny en un artículo publicado en la prensa irlandesa, en el que reconoce que el país heleno se enfrenta a otros diez años de austeridad y de vigilancia de la troika -la UE, el BCE y el FMI-. "Aunque no es sorprendente que un acuerdo de esta naturaleza sea sometido a un referéndum por parte del Gobierno griego, ¿quién podría desear esto para la República?", se ha preguntado.

Ante este turbio panorama, el Tesoro Público español intentará captar mañana entre 3.500 y 4.500 millones de euros en bonos a cinco años y en bonos con vencimiento en enero de 2014. En la anterior emisión a cinco años, celebrada el 20 de octubre, adjudicó 1.082,38 millones con un interés del 4,827%, el más alto desde julio. Por el ladro contrario, ese mismo día logró pagar menos por la colocación de 1.787,62 millones a diez años, pese a que esa misma semana la agencia de medición de riesgo Moody's rebajaba la calificación de la deuda soberana española.