De previsiones y planes
Esta semana hemos conocido el último de los tres principales informes sobre la coyuntura económica mundial que publican los organismos internacionales en primavera y otoño, concretamente el de la OCDE. La volatilidad y rápido deterioro de esta coyuntura se ponen de manifiesto en que las previsiones de estos organismos han ido a peor conforme aparecían a pocas semanas una de otra. Así, centrándonos en España, el FMI nos daba a comienzos de octubre una caída del PIB en 2009 del 0,2%, la misma cifra que publicaba la Comisión Europea en los primeros días de noviembre. Sin embargo, pocos días después, en un movimiento inusual, el propio FMI corregía sus cifras de unas semanas antes y agrandaba la caída al 0,7%. La OCDE vuelve a rebajarla ahora, y ya vamos por un -0,9%. Ésta es la cifra también del consenso del Panel de Funcas (media de catorce servicios de estudios e instituciones españolas a los que Funcas encuesta cada dos meses), igualmente publicado esta semana. Para 2010, la OCDE señala la salida de la recesión, si bien con un crecimiento medio anual del PIB modesto, el 0,8% (gráfico superior izquierdo).
A mí me sale un déficit superior al 8% en 2010 en España, y aún seguiría aumentando en 2011
El próximo año, el PIB se va a contraer y muchas empresas cerrarán y otras ajustarán plantillas
Como señalamos todos los que nos dedicamos a este oficio, estas cifras hay que contemplarlas siempre, pero en estos momentos mucho más, dentro de un amplio margen de confianza. Por ejemplo, en el panel de Funcas, las previsiones van de un 0,1% a un -1,5%, si bien, eliminando los extremos, el resto se agrupan en torno a -1% con poca dispersión, lo que no quiere decir que por ello la previsión sea especialmente fiable o que no haya que corregirla dentro de poco. Baste recordar que el consenso del Panel de Funcas esperaba un crecimiento del 0,3% hace sólo dos meses. El grado de incertidumbre actual es muy elevado y lo único que podemos adelantar los economistas es que el próximo año el PIB se va a contraer y que muchas empresas cerrarán y otras ajustarán plantillas, por lo que se perderán muchos puestos de trabajo. La salida de la recesión la fijamos al final de 2009 o principios de 2010, pues para entonces ya habrán pasado los cuatro o seis trimestres de retrocesos del PIB que suelen abarcar estas fases recesivas. Claro que los interrogantes e incertidumbres son ahora mayores que en otras situaciones anteriores similares, pues todo depende de cuán largo sea el periodo que necesite el sistema bancario para desbloquearse y para que vuelva a fluir el crédito normalmente. Las autoridades en el mundo se han conjurado para impedir que quiebren los bancos, pero de ahí a lograr que estén en condiciones de prestar en las cantidades que requiera la economía hay un trecho.
En el gráfico superior derecho se muestran las previsiones de paro. La OCDE lleva esta cifra a casi el 15% de la población activa en 2010, unos 3,5 millones de parados, pero en Funcas la elevamos hasta el 18% (4,3 millones). Dependerá de cuánto decrezca la economía, pero sobre todo de cómo se comporten los flujos inmigratorios, que hasta ahora se han visto poco afectados. Cualquiera de las dos cifras es suficientemente grave.
Aunque en menor medida, el paro va a aumentar en todo el mundo. Por eso, los Gobiernos, entre ellos el español, se han puesto a lanzar grandes planes de ayuda a la economía. Lo que no sé si tienen en cuenta suficientemente es que todos esos planes van a llevar los déficit y deuda públicos a niveles muy superiores a los que los organismos internacionales y los analistas privados estamos contemplando ahora (gráfico inferior derecho), lo cual puede ayudar algo en el corto plazo, pero va a crear problemas graves a medio y largo plazo. Por ejemplo, ¿nos ha dicho el Gobierno español adónde prevé que se vaya el déficit en un par de años? Para empezar, estamos contemplando una cifra inferior al 2% del PIB para 2008, pero, según han expresado las autoridades, podría irse al 3% o más. Si partimos de esta cifra y tenemos en cuenta los efectos de los estabilizadores automáticos, muy intensos en España, y las medidas fiscales de carácter discrecional ya tomadas o anunciadas, a mí me sale un déficit superior al 8% en 2010, y aún seguiría aumentando en 2011. Son cifras que marean y hasta hacen dudar de si uno comete algún error de cálculo. Por eso me gustaría que los que más saben de esto, los de Hacienda, nos dijeran algo al respecto, pero bien fundado, claro.
Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas).
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