Los precios al consumo acumulan ya cinco meses consecutivos de caída
El IPC baja el 1,4% en julio, el mayor descenso registrado nunca
Lo que en marzo empezó siendo "simplemente un dato negativo", en palabras del entonces vicepresidente Pedro Solbes, amenaza con enquistarse. Los precios cayeron nueve décimas en julio, lo que sitúa la evolución interanual en el 1,4%. Se trata del quinto mes consecutivo de descensos, en este caso el más pronunciado de la serie del índice de precios de consumo (IPC), que arranca en 1962. Aunque académicamente cualquier caída de precios puede considerarse deflación, tanto el Gobierno como los expertos niegan este escenario argumentando que la caída no es ni prolongada ni generalizada.
La economía española, siempre aquejada de inflación, está a punto de cumplir ya un semestre de caídas de precios. Los expertos prevén que julio o agosto marquen un mínimo a partir del cual los precios comenzarán a remontar. El motivo reside, como casi siempre, en el petróleo y, en menor medida, en los alimentos frescos. El encarecimiento que ya registra el crudo contrasta con los fuertes descensos contabilizados desde septiembre del año pasado, por lo que pronto la comparación interanual volverá a arrojar subidas que arrastrarán al índice general.
El Gobierno cree que los salarios deben adaptarse al escenario actual
La mayor exposición de la economía española a los avatares del petróleo la convierte en la más inflacionista cuando la energía se dispara y en la más deflacionista en momentos de crisis. Los precios caen en España ocho décimas más que en la media europea.
Esa volatilidad es la que esgrimen los analistas para descartar la deflación. "Mientras la inflación subyacente [la que elimina los elementos más volátiles, energía y alimentos frescos] siga subiendo no existe el riesgo", argumenta José Luis Martínez, economista jefe de Citigroup en España. Ese indicador aún crece el 0,6%. Se trata, no obstante, del ritmo más moderado de la serie.
Sara Baliña, de Analistas Financieros Internacionales, suscribe esta tesis y prevé subidas generalizadas de precios, "hasta el 1%", a final de año. En la misma línea, el Instituto Flores de Lemus, de la Universidad Carlos III de Madrid, concluye: "No se aprecian riesgos de deflación".
A las previsibles subidas de precios en el último trimestre se agarra el secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, para rechazar la deflación. Sí defiende, en cambio, que los salarios se adapten a la nueva coyuntura. Sin querer mencionar las bajadas de sueldo, Campa recomendó a los agentes sociales que para actualizar los salarios "tengan en cuenta el actual escenario de desaceleración" y la productividad.
Los sindicatos se apresuraron a rechazar esa posibilidad amparándose en el Banco Central Europeo, que mantiene el horizonte de precios del 2%. "No se puede instalar el espejismo de que esto va a perdurar", subrayó Toni Ferrer, secretario de acción sindical de UGT. Carlos Bravo, de Comisiones Obreras, se remite a la negociación de convenios, que ha arrojado subidas del 2,67% este año.
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