El precio de los alimentos sube con fuerza pese a la debilidad del consumo
Los limones, el aceite de girasol y la harina se disparan en el último año
Los precios de los alimentos tienden a comportarse de la manera más desfavorable para el consumidor: suben rápidamente cuando la demanda aprieta y la oferta escasea pero se resisten a bajar si el consumo se relaja. El 83% de los alimentos ha registrado fuertes aumentos en el último año, según el índice que publica mensualmente el Ministerio de Industria. Casi un año después del estallido de la crisis alimentaria, y pese a que el deterioro económico debilita el consumo, el ciudadano apenas ha encontrado alivio a la hora de hacer la compra en julio.
El 40% de productos envasados crece a un ritmo de dos dígitos
Los encarecimientos afectan sobre todo a los alimentos envasados, que recogen ahora el impacto de las subidas en los frescos. Destaca el aceite de girasol, que crece un 47,12%, la harina de trigo (31,3%) y los espaguetis (26,57%). De los 30 productos elaborados que analiza Industria, sólo el aceite de oliva y el azúcar registran descensos moderados. En el caso del aceite, obedece al fuerte incremento experimentado el año anterior. El 40% de los productos envasados avanza a un ritmo de dos dígitos.
Con todo, la mayor subida se localiza en la lista de alimentos frescos. Se trata del limón, un 64,21% más caro hoy que en julio de 2007. Le sigue, a mucha distancia otro cítrico, la naranja (15,51%). La bacaladilla y las acelgas son otros de los productos que más han subido en 12 meses. Los escasos descensos corresponden a productos que previamente se habían disparado: las cebollas, las anchoas, los pimientos verdes, las judías...
La crisis alimentaria internacional que se desató a finales del verano pasado provocó fuertes alzas de precios en los productos hacia final de año. Tras ese repunte, los datos de Industria empezaron a recoger mayores descensos mensuales a partir de febrero, aunque se diluyeron pronto. En la actualidad, el nivel de subidas y bajadas es muy similar al de hace un año en los alimentos frescos y bastante peor en los elaborados.
Las subidas de los alimentos se muestran poco permeables al tirón de la demanda. En un momento en el que la crisis económica lastra la capacidad de compra del consumidor, los alimentos apenas reaccionan. La venta de alimentos en comercios ha descendido un 6,8% en junio respecto al mismo mes de 2007. Aunque se sitúa entre las partidas que menos caen, por ser poco prescindible, esa evolución negativa no se traslada al precio. Uno de los motivos es que los alimentos se ven determinados en parte por el coste del petróleo, necesario para el transporte y la elaboración, pero precisamente esa materia prima se ha relajado a final de julio.
Tampoco el fin de la huelga de transportistas que se produjo en junio ha tenido especial incidencia. Un 60% de los productos frescos y un 80% de los elaborados subieron respecto a junio, pese a que la comparación con un mes en que el desabastecimiento infló los precios debería haber impulsado descensos.
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