Los intereses que paga España están aún entre los más bajos de la década
Si la prima de riesgo se mantiene tan alta inflará el coste medio de la deuda que paga el Tesoro y encarecerá la financiación de las empresas en el exterior
La prima de riesgo española se dispara, pero al Tesoro casi nunca le ha salido tan barato financiarse como ahora. Los líderes de la UE temen que el euro esté al borde del colapso, pero no terminan de ponerse de acuerdo sobre el segundo rescate a Grecia. España aprueba un plan de ajuste salvaje para mantener a los mercados a raya, pero un año más tarde el riesgo país se ha duplicado. La crisis que comenzó hace más de un año deja un sinfín de paradojas que amenazan no solo con asfixiar las finanzas públicas europeas, sino con hacer cada día más difícil la comprensión de lo que ocurre.
- El Estado se financia en el mercado primario, pero finalmente también le afecta el secundario. Cuando el riesgo asociado a la deuda de un país se dispara, los responsables del Tesoro saben que esa noche podrán dormir tranquilos... pero también que los problemas les asaltarán al poco tiempo. Porque la prima de riesgo -el indicador del sobrecoste que un Estado tiene que pagar para financiarse respecto a Alemania, el país más seguro y, por tanto, al que le sale más barato emitir deuda- se negocia en el mercado secundario, el segmento del mercado financiero de capitales donde se compran y venden valores ya emitidos anteriormente. Pero cuando el Tesoro salga a financiarse a través de una emisión de deuda, podrá estar seguro de que tendrá que pagar precios mayores, porque los inversores exigirán más dinero. En caso contrario, estos podrían acudir al secundario, donde saben que el precio va a ser mayor.
- La repercusión en las empresas es inmediata. Una prima de riesgo alta indica una creciente desconfianza hacia todo lo que huela a ese país. Así que el diferencial sobre el tipo de referencia que una empresa tendrá que ofrecer para lograr financiación también se disparará. O incluso, en el peor de los casos, esa compañía se encontrará los mercados mayoristas cerrados. El tejido productivo de ese país puede quedarse sin crédito, es decir, sin sangre que circule por sus venas.
- Sin embargo, España paga un tipo de interés bajo, del 3,88%. Por paradójico que parezca, el precio que España paga ahora por la deuda está entre los más bajos de los últimos años. El tipo de interés medio que el Tesoro paga por los 566.000 millones de euros de deuda en circulación que el Estado acumulaba el pasado mayo era del 3,88%. Un porcentaje muy bajo si se compara con los registrados en la serie histórica, que solo supera a los niveles del año pasado. Mientras que en 1993 este tipo medio se acercaba al 11%, a partir de 2003 comenzó a quedar por debajo del 5%.
- Hace años, el rendimiento de los bonos estaba en niveles similares a los actuales.
Durante el pasado lunes y la mañana del martes, el pánico se extendió hasta hacer dudar sobre la propia supervivencia del euro. En las peores horas de la crisis, el bono a 10 años superó un rendimiento del 6%; el de cinco años, un 5,4%; y el de dos, un 4,2%. En el primer caso hay que remontarse a 1997 para encontrar unos tipos tan altos; el bono a cinco años tuvo unos rendimientos similares a los actuales en 2000; y el de dos años, en 2008. En esa época nadie habló de derrumbe del sistema. ¿Por qué ahora sí? Responde Sara Baliña, de Analistas Financieros Internacionales (AFI). "No hay que tener en cuenta solo los costes absolutos, sino el nivel del que partimos. El tipo de interés oficial está ahora en el 1,5%, cuando hace diez años estaba mucho más alto. El problema es hasta qué punto una economía puede resistir unos costes de financiación al alza con unas previsiones de bajo crecimiento para los próximos años. Esa es la clave. Y el mercado la observa con detenimiento".
- La fórmula para ver si una deuda es sostenible o no. Para estudiar si la deuda de un Estado es sostenible, hay que sacar papel y lápiz para hacer la siguiente operación. Tomemos un ejemplo que usaba recientemente en su blog el expresidente de la CNMV Manuel Conthe. Un país tiene un coste medio de su deuda del 6%, un crecimiento nominal del PIB del 4% y una deuda pública del 150% del PIB. Pues bien, si quiere estabilizar la relación entre deuda pública y PIB, este hipotético país debería conseguir un superávit presupuestario primario -es decir, sin tener en cuenta los costes de la deuda- del 3%. La fórmula consiste en restar los dos primeros porcentajes y multiplicar el resultado por el tercero. Baliña lo resume de una forma menos críptica: "Hay que comparar los intereses que está obligado a pagar un país con la riqueza que pueda generar. Y las perspectivas de crecimiento de economías como la española son bajas. Por eso, entra en una dinámica peligrosa, en la que el riesgo no es tanto el coste al que se financie, sino la posibilidad de que llegue un momento en el que no encuentre inversores dispuestos a prestarle dinero. España no deja de ser sostenible de un día para otro. Pero si la situación de desconfianza se mantiene y no hay un cortafuegos institucional que dé estabilidad, la rentabilidad del bono se puede disparar hasta no se sabe dónde". Si el coste de la deuda crece mucho y de forma persistente, se corre el riesgo de caer en la trampa de la deuda que hace insostenible la situación financiera de un país.
- El peligro es que el coste medio de la deuda se dispare a corto plazo. Si la prima de riesgo se mantiene por encima de los 300 puntos básicos, a la deuda media que paga el Tesoro se puede disparar, como le ha pasado en los últimos años a la deuda pública. El problema de los números rojos de las administraciones -que entre el Estado central, las comunidades autónomas y los entes locales asciende a 680.000 millones de euros, el 63,6% del PIB, aún por debajo de la media europea-, no es tanto su volumen como su tendencia creciente a medio plazo. El Gobierno logró dominar la deuda en los años de bonanza hasta el 36% del PIB de 2007. Pero el FMI prevé que el próximo año alcance el 72% y, según un reciente informe de la escuela de negocios EAE Business School, en 2015 alcanzará el 82% del PIB. Las tensiones en el mercado de la deuda pueden propiciar algo parecido en el tipo medio que paga el Tesoro.
- ¿Por qué se dispara la prima de riesgo española? Desde el inicio de esta larga crisis ha quedado claro que después de los tres países rescatados (Grecia, Irlanda y Portugal) el siguiente objetivo sería España. El Gobierno trató de asegurar la sostenibilidad de las finanzas públicas españolas en mayo del año pasado, cuando aprobó un plan de ajuste que incluía los mayores recortes de la democracia. A la vista de los resultados, no ha logrado su objetivo: entonces se desató la alarma cuando la prima de riesgo llegó a los 164 puntos básicos. Ayer, los analistas consideraron que la situación se relajaba cuando bajó hasta los 314. El problema de fondo es que los inversores dudan de la capacidad de generar riqueza de un país que prevé crecimientos raquíticos para los próximos años. "Un riesgo añadido es que la inestabilidad financiera pone más difícil la salida a Bolsa de las entidades que han optado por captar capital privado en los mercados. Y por si fuera poco, este viernes se publican las pruebas de resistencia, lo que podría empeorar aún más las cosas si alguna suspende", añade el catedrático de Analisis Economico Joaquín Maudos.
- Y, ¿por qué de repente Italia? El caso italiano es curioso. Con una deuda pública desbordada -del 120% del PIB, en volumen absoluto, es la tercera mayor del mundo- y un plan de ajuste que pocos analistas se tomaron en serio, se había mantenido relativamente indemne del castigo de los mercados. La entrevista publicada el pasado viernes -en la que el primer ministro, Silvio Berlusconi, criticaba ferozmente a su ministro de Finanzas, Giulio Tremonti- echó sal en la herida, pero no basta para explicar por qué la prima de riesgo, que hace tres meses rondaba los 120 puntos, llegó a rozar ayer los 350. "Además de una economía poco competitiva, con un crecimiento anémico y la inestabilidad política, están saliendo noticias negativas sobre la banca italiana. Parece que alguna entidad va a suspender las pruebas de resistencia", asegura la experta de AFI. Pero los ataques van más allá de uno u otro país. Bélgica y Francia también los han sufrido. El problema real es Grecia. Los inversores observan el segundo plan de rescate como la prueba de fuego que se pondrá en práctica si otros socios comunitarios la necesitan. Y por ahora Europa ha suspendido esa prueba de fuego.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.