La factoría de Seat en Zona Franca para contra los despidos

Las instalaciones de Seat en la Zona Franca de Barcelona, donde trabajan 1.500 personas y se fabrican chapas y prensas para los coches de la marca española y para el consorcio Volkswagen (VW), estuvieron ayer paralizadas desde el mediodía hasta la noche. Fue la respuesta de la plantilla a los 320 despidos individuales -120 de ellos, vía prejubilaciones, pactados ya- anunciados por la compañía, que empezaron a comunicarse ayer. La filial española de VW admitió que un día entero sin que lleguen piezas a su planta de Martorell "entraña el riesgo de problemas" en la producción. Martorell paró también, de forma simbólica durante 35 minutos, por el mismo motivo.

El recorte de plantilla anunciado por la dirección que encabeza James Muir ha caído como una bomba en una empresa que, tras la adjudicación del Audi Q-3 en la planta de Seat, pactó el mantenimiento del empleo a cambio de congelación salarial. Muir dice que los despedidos "no reman".

La Generalitat ha convocado a una reunión a las partes del conflicto

"Entonces hicimos un referendo y lo han incumplido", se quejaba en la puerta de Zona Franca Juan Manuel García, empleado en Seat desde hace 23 años. "Han llamado a dos chavales, matriceros, que llevaban poco tiempo", añadió García, en alusión a la comunicación de despidos. La noticia se extendió entre la plantilla y de ahí el cese de actividades.

El comité de empresa de los distintos centros de Seat se presentó ante el edificio corporativo de la empresa con la intención de "asesorar a los afectados ante posibles amenazas", a lo que legalmente tienen derecho. La dirección negó la entrada al edificio a "45 personas de golpe, por razón de seguridad" y sólo permitió el acceso a un par de representantes por sindicato, lo que motivó una nueva denuncia sindical ante la Inspección de Trabajo. La primera que se interpuso, también ayer, va contra los despidos en sí, "una medida arbitraria y selectiva", según el comité.

Los sindicatos también emplazaron a Seat a retirar este "expediente de regulación de empleo (ERE) encubierto". El Departamento de Trabajo de la Generalitat confirmó la entrada de ambas denuncias. Ahora puede levantar acta o derivar el caso a un juzgado. La Generalitat, a pesar de no tener competencias por no tratarse de un ERE, ha decidido involucrarse en el conflicto. La consejera de Trabajo, Mar Serna, ha convocado a la dirección y a los tres sindicatos mayoritarios (UGT, CC OO y CGT) a una reunión para mediar en el conflicto laboral, informa Europa Press.