El euro revienta la barrera de los 1,60 dólares
De nada sirven las advertencias sobre el desplome del dólar del G-7, el club de los siete países que un día fueron los más industrializados del mundo. La divisa estadounidense sigue en caída libre. El euro rompió ayer su enésimo máximo y pulverizó la barrera de los 1,60 dólares por unidad ante las amenazas del Banco Central Europeo (BCE) de endurecer la política monetaria -lo que supone subir los tipos de interés a pesar de la desaceleración- por la elevada inflación de la eurozona.
Los 1,60 dólares por euro son el mayor cambio alcanzado desde el debut de la moneda europea, en 1999. Pero el techo está aún más arriba: ante la extrema debilidad de la economía norteamericana, los analistas pronostican que el euro llegará a 1,65 dólares en un plazo de tres a seis meses.
El BCE no está ayudando precisamente a la relajación de las condiciones monetarias de la eurozona. "Nuestro mayor problema es asegurar que la inflación bajará hasta el 2% en 2009", aseguró el francés Christian Noyer, miembro del consejo de gobierno del eurobanco. "Si es necesario, moveremos los tipos", amenazó en la línea más dura utilizada por el BCE en las últimas semanas.
El declive del dólar tiene graves consecuencias sobre la economía mundial. Abarata las exportaciones estadounidenses y de los países que tienen el billete verde como referencia, y encarece la de los demás. Y, por otra parte, es el responsable directo de la fenomenal alza de precios en los mercados de materias primas, muy especialmente en el petrolero. El crudo Brent, de referencia en Europa, batió ayer de nuevo todas sus marcas y se colocó por encima de los 116 dólares por barril. En el último trimestre avanza un 35%.
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