La empresa catalana Dogi solicita suspensión de pagos
La textil adeuda 83,7 millones de euros
El grupo textil Dogi, una de las pequeñas multinacionales catalanas cotizadas en Bolsa, que fabrica tejido elástico para trajes de baño y ropa interior, ha solicitado el concurso voluntario de acreedores, la antigua suspensión de pagos.
La compañía de la familia Doménech acumula una sucesión de intentos infructuosos de reestructurarse para salir adelante víctima de la feroz competencia asiática y de sus problemas financieros. Y, anoche, en una comunicación a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Dogi International Fabrics no sólo confesó tener dificultades con sus cuentas, sino abiertamente estar en "situación de insolvencia" y no encuentra banco que le eche un capote. Ni accionistas que crean mucho en ella, a tenor de una cotización por los suelos que ayer la llevó a los 0,64 euros por título y a una capitalización bursátil de apenas 42 millones de euros.
La empresa informó de que su consejo de administración ha tomado la decisión de pedir a la autoridad judicial competente ir a un proceso concursal "ante la imposibilidad de obtener la financiación necesaria para superar la situación". Esta decisión sólo afecta a su sociedad en España y no paraliza, al menos por ahora, a su actividad habitual, que continuará.
Dogi arrastraba al cierre del ejercicio 2008 una deuda total de 83,7 millones de euros y, en verano pasado, fracasó cuando quiso reforzarse con una inyección de fondos que aspiraba a sumar 24,1 millones de euros y que sólo fue suscrita por un tercio de los inversores. Así, únicamente obtuvo 7,6 millones
Los últimos resultados de la compañía, correspondientes al primer trimestre del ejercicio, arrojaron unos números rojos de 6,9 millones de euros, unas pérdidas más de tres veces superiores a las de 2,3 millones registradas en los primeros tres meses de 2008.
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