La crisis rompe el molde
Las marcas blancas golpean a las históricas Bimbo y Panrico
Pocos bares hay en Cataluña que no sirvan hoy bikinis. Pero el omnipresente sándwich de jamón dulce y queso no estuvo siempre en las cartas. Para empezar, porque el pan de molde industrial no llegó hasta 1964, cuando un empresario mexicano de origen catalán decidió crear en Granollers (Barcelona) la primera empresa de pan industrial: Bimbo. Panrico, que inauguró su primera fábrica en Santa Perpètua de Mogoda también en los sesenta, no se conformó con importar los donuts, y también le hincó el diente al pan de miga blanca. Aunque amasaron fortunas, hoy ambas están al borde del abismo. Bimbo tiene colgado el cartel de se vende y a Panrico, señalado entre los candidatos a comprar, se le atraganta su deuda multimillonaria con la banca. Una de las causas del declive del pan de molde es la irrupción de la potente competencia que suponen las marcas blancas.
Sara Lee pone a la venta Bimbo y Panrico pasa a manos de la banca
Bimbo nació en Granollers a imagen y semejanza de la empresa Bimbo que ya funcionaba en México, aunque pronto quedó desvinculada de esta. Comenzó su andadura en Cataluña, desde donde inundó España de rebanadas de pan blanco y pastelitos Tigretón. Ahora, y tras multitud de cambios en su propiedad, está en manos del grupo estadounidense Sara Lee, que la ha puesto a la venta junto a los negocios de panificación de Francia. Sara Lee Bakery asegura que ya "ha recibido múltiples ofertas".
Antes de sacarla al mercado, cerró un trato con los sindicatos, que para evitar más de 600 despidos han aceptado que sus 360 comerciales se conviertan en autónomos dependientes, otros 110 se prejubilen y el resto "realice las mismas tareas con un cambio sustancial en sus condiciones de trabajo, como en el salario", explica Miguel Ángel Fuentes, de UGT. Lejos quedan los tiempos en que el convenio de esta empresa marcaba el paso de la industria agroalimentaria catalana. En 2010 sus números rojos superaron los 12,5 millones de euros, pese a haber vendido buena parte de sus plantas de producción.
Panrico tiene atragantada una deuda de 350 millones de euros. La empresa está en manos de la banca acreedora, ya que su último dueño, el fondo de capital riesgo Apax Partners, que adquirió el 100% de la firma en 2005, no logró hacer realidad sus ambiciosos planes que pasaban incluso por su salida a Bolsa. Los donuts y los bollycaos no han llegado a cotizar y en 2010 Panrico perdió 229 millones de euros, el 53% más que un año antes.
El fundador de Panrico no venía de México, pero la idea también le llegó del otro lado del charco. Andrés Costafreda, panadero leridano, viajó en los sesenta a Estados Unidos. Allí descubrió los bollos en forma de anilla con azúcar las que darían origen a Donuts Corporación Española y después a Panifico Rivera Costafreda (Panrico). Trató de hacer fortuna fuera y Panrico llegó a abrir fábrica en Grecia y en China. Ambas cerraron en 2006.
Fuentes de la empresa destacan la "solidez de la compañía", pese a su situación financiera y explican que la estrategia de refinanciación pasa por "un plan a largo plazo y en crear valor". La fabricación de sus productos estrella, donuts y bollycao, dicen, no está en riesgo.
Eso sí, la firma avisa que en los próximos años "se producirán cambios necesarios que implicarán tanto la pérdida como la creación de puestos de trabajo". Desde el mes pasado está en vigor un expediente de regulación de empleo temporal que durante seis meses afecta a 793 empleados de las fábricas de Santa Perpètua, Paracuellos, Sevilla y Murcia y a 28 de ventas.
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