La asamblea de Caja Madrid rechaza la reforma de Aguirre

El vodevil que rodea a Caja Madrid consumó ayer un nuevo episodio. La asamblea de la entidad rechazó ayer de forma aplastante la reforma impulsada por Esperanza Aguirre -que, a grandes rasgos, pretende reducir el poder del alcalde Alberto Ruiz-Gallardón en los órganos de decisión de la caja a costa de aumentar el de los municipios afines a la presidenta madrileña-. La votación no dejó lugar a dudas. La propuesta, que necesitaba 214 votos para salir victoriosa, sólo recabó 87 apoyos. En su contra, topó con un bloque de 157 noes, 51 votos blancos y uno nulo. A pesar de que el PSOE había pedido oficialmente la abstención, algunos de sus votos fueron a parar al bando gallardonista.

El siguiente paso en la pugna lo dará en menos de un mes el Gobierno regional. El consejero de Economía, Antonio Beteta, impondrá lo que ayer rechazó la asamblea, ya que dispone de este plazo para dar la orden de aprobación de los estatutos. El Ayuntamiento de la capital estará ahí para esperar a sus contrincantes. "Presentaremos un recurso en los tribunales", adelantó ayer el concejal Juan Bravo.

La asamblea transcurrió con una tranquilidad sorprendente, sobre todo si se compara con la del pasado noviembre. Las dos facciones enfrentadas del PP mantuvieron las formas porque la cúspide así lo ordenó. El presidente del partido, Mariano Rajoy, había impuesto el silencio y ningún miembro del PP abrió la boca. "Todas las posturas estaban claras, y no era necesario hacer más sangre", señalan fuentes del PP.

Todas las intervenciones, excepto la del representante de Ausbanc, arremetieron contra el intento de Aguirre de modificar los estatutos de Caja Madrid. El presidente de la entidad, Miguel Blesa, también criticó la injerencia del Gobierno regional. Más dura fue la representante de CC OO, que afirmó que no había visto algo parecido en la historia de la democracia. Izquierda Unida exige a la presidenta que retire sus planes.

La Comunidad responde atacando. Acusan a Blesa de instrumentalizar un órgano de gobierno de la caja, "como ya hizo con el consejo de administración de la entidad", apuntan en la Consejería de Economía. "Tenemos un mes de plazo para que entren en vigor los estatutos y hacer cumplir la legalidad", añaden, anticipando que la batalla continúa.

Porque la otra posibilidad es que gallardonistas y aguirristas lleguen a un acuerdo. Pero en la remota posibilidad de que pactaran un nombre que sustituya a Blesa, es mucho más difícil lograr el consenso en torno al peso de la capital en la caja. "En ningún caso retiraremos el recurso a una medida que da a la ciudad de Madrid, que tiene casi la mitad de todos los depósitos de la caja, el mismo peso que a Majadahonda", apunta el concejal Bravo.

El vicepresidente Pedro Solbes intervino en el debate con una rotundidad inusual, informa Alejandro Bolaños. "Es lamentable que esté de forma permanente en el debate público, precisamente en una situación como la actual", afirmó.