La UE rechaza los 'euroavales' como medio para respaldar a la banca
La propuesta no contaba con apoyo de Alemania y Reino Unido, entre otros
Los ministros de Economía de los Veintisiete abandonaron ayer la idea de crear un sistema de garantías supranacionales para que los bancos obtengan financiación en el mercado con mayor facilidad. A finales del pasado octubre la Autoridad Bancaria Europea (ABE) anunció que las 70 principales entidades financieras europeas precisaban reforzar su capital en unos 106.000 millones - de los que 26.161 corresponden a cinco entidades españolas- para elevar su ratio de capital principal al 9% antes de finales de junio de 2012. La EBA propuso entonces que las entidades financieras dispusieran de avales respaldados por varios países, o euroavales, y no solo las garantías nacionales del país al que pertenecían.
Las posibilidades de potenciar el fondo de rescate han disminuido mucho
El aumento de los costes de la financiación para los bancos de países como España e Italia, con prima de riesgo de 400 o 500 puntos básicos, llevaron a la EBA a proponer la sindicación o mutualización de estas garantías, que vendrían a ser como los "eurobonos de la banca".
La propuesta, que contaba con el apoyo de la Comisión Europea, fue defendida principalmente por España, Italia y Francia, pero tropezó con un rechazo más profundo liderado por Alemania, Reino Unido, Austria, Holanda y Suecia.
Es fundamental que la banca obtenga fondos para reforzar su estructura de capital a fin de que las entidades financieras puedan reanudar su actividad crediticia, gravemente paralizada durante los últimos meses. En 2012, los vencimientos de créditos ascienden a 800.000 millones de euros.
El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, explicó que algunos países con problemas habían expresado "la necesidad de disponer de garantías europeas para su banca". Schäuble precisó, no obstante, que se había optado por garantías nacionales y que en el caso de que un país no lograra los recursos necesarios para recapitalizar sus bancos podía "recurrir al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF)". Se trata del principal fondo de rescate europeo, con una dotación de 440.000 millones, al que el pasado julio se le autorizó a comprar bonos en los mercados secundarios, a dar financiación a los Estados de manera preventiva y a asignar recursos para recapitalizar a las entidades financieras.
Schäuble advirtió, no obstante, que los Estados interesados en obtener fondos del FEEF deberían aceptar unas condiciones establecidas en un memorando en el que se explican las causas y medidas que se comprometen a adoptar.
Los ministros optaron por "un sistema de avales nacionales estrechamente coordinados", que deberá cumplir "las normas de ayudas de Estado que establece la Comisión Europea".
La vicepresidenta y ministra de Economía en funciones, Elena Salgado, manifestó que teniendo en cuenta que estamos a finales de año, "lo mejor que podemos hacer es un esquema como el del año pasado, porque el 1 de enero tenemos que tener la posibilidad de seguir consiguiendo esos avales". Salgado se despidió ayer de sus homólogos en el Consejo de Ministros de Economía de la UE y dijo que "estuvieron extremadamente cariñosos conmigo y se lo agradezco mucho".
Sony Kapoor, director ejecutivo del centro de Estudios Re-Define, señaló ayer que "sin un plan europeo de avales, el Banco Central Europeo no puede apoyar por sí solo a los bancos que han encontrado cerrados los mercados". En su opinión, "el fracaso del Ecofin a la hora de encontrar un mecanismo creíble para sostener a los bancos débiles en las economías con dificultades es un descuido muy grave".
Kapoor considera que mientras "persistan las dudas sobre la solvencia de Italia y España, ninguna cantidad de ayuda pública podrá restablecer la confianza sobre el sistema bancario europeo".
Las posibilidades de potenciar el FEEF para que tuviera una capacidad de hasta un billón de euros han quedado notablemente disminuidas debido al creciente deterioro del mercado y a la falta de compromisos firmes por parte de los Estados miembros. Las últimas estimaciones indican que frente a las cantidades inicialmente previstas, el resultado final podría limitarse a unos 500.000 millones de euros.
A pesar de esta cruda realidad, Didier Reynders, ministro de Finanzas de Bélgica, cuya prima de riesgo sigue los pasos de Italia y España, insistió en la necesidad de "un refuerzo máximo del fondo de rescate". Reynders cuenta para ello tanto con el BCE como con el Fondo Monetrio Internacional (FMI).
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