Telefónica eleva en el último momento la oferta para hacerse con Vivo
La española ofrece 7.150 millones a PT horas antes de la junta de accionistas
España ganó anoche a Portugal en el Mundial de fútbol. En los negocios, por ahora van ganando los portugueses. Telefónica ha dado su brazo a torcer. La operadora española ha elevado su oferta por el 30% de la operadora brasileña Vivo que está en manos de Portugal Telecom (PT) hasta los 7.150 millones de euros. Se trata de la segunda vez que mejora su propuesta pese a que había asegurado en repetidas ocasiones que no aumentaría su última oferta de 6.500 millones, realizada el pasado 1 de junio, que ya estaba 800 millones por encima de su ofrecimiento inicial de 5.700 millones, comunicado a finales de mayo.
Esta segunda mejora, remitida a última hora de la noche de ayer a la comisión del mercado de valores portuguesa (CNVM), se produce apenas unas horas antes de que se celebre en Lisboa la decisiva Asamblea General de Accionistas de Portugal Telecom (PT), que debe votar si aprueba o no la propuesta de compra de Telefónica.
La portuguesa decide hoy si acepta la propuesta por el 30% de la brasileña
En el hecho relevante remitido al regulador no se aclara si la decisión de Telefónica forma parte de un pacto con los accionistas principales de la operadora lusa, reacios a aceptar la anterior oferta de 6.500 millones en consonancia con la oposición frontal de los gestores de la operadora, aunque todo apunta a un acercamiento hacia la dirección de PT.
De hecho, en el comunicado a la CNVM, Telefónica asegura que se mantienen las otras condiciones que se pactaron a comienzos de junio con los máximos gestores de PT, encabezados por su presidente, Zenial Baba.
Por ese acuerdo, Telefónica permite a PT aceptar la oferta de inmediato o entregar ahora el control de Vivo e ir vendiendo gradualmente en un plazo de tres años, al ritmo que le convenga. Eso le permitiría a PT no dejar Brasil de golpe e ir encontrando oportunidades de inversión, así como evitar el pago de un dividendo extraordinario a los accionistas por la venta. Asimismo, la española ofrecía a PT una opción de compra sobre su participación del 10% en la portuguesa (ahora en el 2% tras la venta del 8% realizada la pasada semana a accionistas internacionales). Esa opción puede ser ejercida por PT o por una tercera parte que la portuguesa designe a precio de mercado en el mismo plazo de tres años.
Pese a ese pacto, los gestores, los principales accionistas portugueses (Espirito Santo, Ongoing, y Caixa General de Depósitos) y el propio gobierno portugués volvieron a presionar a Telefónica para que elevara su proposición al entender que el control absoluto de Vivo tenía "mayor valor estratégico" que el que estaban dispuestos a pagar. Del pacto se pasó al enfrentamiento abierto. Telefónica, incluso, llegó a amenazar veladamente con presentar una opa hostil sobre la propia PT, que en el momento de la primera oferta valía en Bolsa 6.755 millones, o disolver Brasilcel, la sociedad conjunta con PT tenedora de las acciones de Vivo. Ahora parece que los argumentos de los portugueses han prevalecido y la española ha elevado su oferta inicial en 1.450 millones de euros.
El consejo de administración de PT no se reúne hoy, por lo que oficialmente no podrá tomar postura antes de la junta de accionistas, que serán finalmente los que decidan. Lo van a tener difícil para rechazar la oferta de Telefónica ya que valora el 30% de Vivo en apenas 300 millones de euros menos de lo que vale el 100% de todo PT, cuya capitalización bursátil a cierre de ayer era de 7.440 millones de euros.
La empresa presidida por Alierta ha debido sopesar los últimos reveses que se ha llevado por parte de los reguladores. Ya daba por seguro que ni su participación directa del 2% en PT ni el 8% que vendió a inversores la pasada semana (considerado un mero aparcamiento de acciones), le iban a servir en la junta.
Ahora queda ver si el frente portugués contra la oferta que tiene asegurado más del 26% del voto cambia el sentido del mismo. Y si Telefónica consigue el respaldo de los accionistas extranjeros (Brandes, UBS, Barclays, Deutsche Bank, Blackrock, entre otros).
En esta situación, la participación puede ser relevante. Se estima que rondará el 75%, con lo que a Telefónica le bastaría poco más del 37,6% de los apoyos. Todo se decide hoy pero Vivo está más cerca, aunque a un alto precio.
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