Solbes se declara insatisfecho con la banca y le exige que "arrime el hombro"
Las crisis suelen dejar enormes sorpresas donde menos se esperan. En España, el nerviosismo provocado por el huracán financiero empieza a calar: la banca arremete contra el Gobierno, y el Gobierno contra la banca. Lo nunca visto. La patronal bancaria ha tachado esta semana de "pura demagogia" y "pura maldad" las acusaciones del Ejecutivo acerca del mal uso de las ayudas públicas a bancos y cajas, que apenas se están traduciendo en el aumento del crédito a las familias.
El vicepresidente y ministro de Economía, Pedro Solbes, fue ayer inusualmente duro y directo en su respuesta a la banca. "No estoy satisfecho", respondió a preguntas de los periodistas sobre el comportamiento del sector financiero. "La banca tiene que arrimar el hombro", remachó.
Lejos de remitir, la crisis financiera ha dejado esta misma semana nuevos episodios de turbulencias, con fuertes caídas en Bolsa por las malas noticias relativas a las grandes entidades. La desconfianza persiste, y con ella la sequía del crédito. Hace unos días, el presidente José Luis Rodríguez Zapatero sugirió: "Quizá la banca está siendo demasiado cauta" en la concesión de préstamos, lo que dificulta la recuperación de la economía. Solbes elevó el listón de las críticas en la conferencia de prensa posterior al Consejo de Ministros al asegurar que el sector "tiene que tomar los riesgos necesarios en el momento actual".
Solvencia
La banca internacional está en la diana de las críticas desde el inicio de las turbulencias. El sector ha contribuido a todos los excesos: asumió demasiados riesgos y alentó el sobreendeudamiento, que ha sido el detonante de la crisis, y con los problemas cerró el grifo del crédito, con lo que la crisis financiera se fue convirtiendo en una crisis económica profunda y duradera.
La banca se defiende al asegurar que el crédito solvente no queda desatendido. "Entiendo que defienda su posición", dijo Solbes, "porque la solvencia es un aspecto clave de la banca, que hay que respetar. Pero el sector debe resolver los problemas de oferta y demanda" que se detectan. El vicepresidente aseguró que no se trata de una singularidad de la banca española. "Ningún país de la zona euro está satisfecho con la evolución del crédito, en parte porque estamos en un periodo de desapalancamiento [reducción de los niveles de deuda]" después de los excesos de años anteriores.
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