Ordóñez propone que se fije un límite de gasto a las comunidades
El Banco de España ve insuficiente el ajuste autonómico y cuestiona su soberanía en ese campo - Pide a Hacienda un 'plan B' por si hay desviación en las cuentas
"El Gobierno debe cumplir el objetivo de reducir el déficit hasta el 6% sobre el PIB en 2011. Es la clave y es el mensaje que se ha mandado al mundo. Hay que hacer lo que sea para lograrlo porque es la base de la credibilidad del país". Así de rotundo se mostró ayer el gobernador del Banco de España, Miguel Fernández Ordóñez. Lograr esta marca será la única manera de que no vuelvan las tormentas financieras sobre los bonos españoles y suban los tipos de interés, advirtió.
Recortar, recortar y recortar gastos. En este objetivo, el gobernador ve a las comunidades autónomas y los Ayuntamientos como principal riesgo. Recordó que "casi dos tercios del gasto está en comunidades y Ayuntamientos. El Gobierno ha tomado medidas durísimas en gasto, que no he visto en la mayoría de las autonomías", dijo en su comparecencia en la Comisión del Presupuestos del Congreso. "Hoy por hoy las medidas anunciadas por la mayoría de las comunidades y corporaciones locales distan de responder a la reducción del gasto que se necesita".
"El objetivo del 6% en el déficit es sagrado. Es la clave de la credibilidad"
A su juicio, "habría que buscar fórmulas que refuercen el compromiso de las comunidades y corporaciones locales con los objetivos de estabilidad presupuestaria y que incentiven su cumplimiento". "Podría incluso plantearse establecer un límite de gasto para las Administraciones territoriales, instrumento que se ha revelado enormemente útil para fortalecer la disciplina presupuestaria del Estado", subrayó.
En las respuestas a los diputados, pidió que las comunidades admitan el mismo recorte de soberanía que los Estados con la UE, a la que permiten que fiscalice sus Presupuestos antes de ser aprobados. "Las comunidades son soberanas hasta cierto punto si nos fastidian a todos", concluyó. ¿Estaba pidiendo el gobernador una reforma del Estado autonómico, como hizo Cristóbal Montoro, portavoz del PP? Él mismo lo aclaró: "No sé si es necesario hacer una reforma como usted pide, pero sí sé que hay que hacer cosas en este campo". Admitió que el momento político era complicado para estos cambios, pero pidió que, al menos, "se tome conciencia de la situación, y se empezara a solucionar el problema".
La falta de transparencia fue el segundo disparo contra las Administraciones territoriales. "Cada mes, el secretario de Estado dice cómo están las cuentas. ¿Lo han visto hacerlo en las autonomías o los Ayuntamientos? El asunto es muy importante porque eso es un factor de disciplina y transparencia", concluyó.
Aunque las comunidades están bajo la tutela del Ministerio de Hacienda, el retraso en la difusión de los datos "limita la capacidad para controlar a tiempo su actividad y la rendición de cuentas".
El gobernador explicó que de nada le servirá al Gobierno presentarse ante Bruselas y ante los mercados diciendo que no ha cumplido el objetivo del déficit por culpa de las Administraciones territoriales. "Fuera no se puede explicar eso porque no lo entenderían", sentenció.
Ante las preguntas de los diputados insistió: "El 6% de déficit es sagrado, no puede haber desviaciones". Ante la posibilidad de desviaciones, pidió a Hacienda un plan B, "planes de contingencia diseñados con suficiente anticipación, que facilitarían mucho el éxito". E insistió en que si las cuentas se desvían del objetivo, "deberían ponerse inmediatamente en práctica medidas compensatorias". Ordóñez teme que no se cumplan las previsiones del Gobierno en cuanto al crecimiento del PIB. Francisco Fernández Marugán, portavoz del PSOE, admitió la valía de las opiniones del gobernador en política monetaria y fiscal, pero llegó a decir que "no era quién para chequear el Presupuesto".
Ordóñez cree que debe abordarse "con prontitud y ambición" la reforma de las pensiones, elevando la edad de jubilación y el mínimo para acceder a las prestaciones. En cuanto a la reforma laboral, cree que es una oportunidad para que las empresas ganen competitividad. No cree que suba el paro, aunque sí que se rebajen salarios. "Hay que mirar a Alemania, donde el canciller Schröder, antes de perder las elecciones, hizo una reforma que ha permitido que ese país tenga más crisis que España y no aumente el paro". Quizá era un presagio.
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