Nestlé demanda a sus rivales por las cápsulas de Nespresso
El gigante suizo cree que la competencia viola la patente
George Clooney y John Malkovich no son los únicos amantes del café que se pelean por un Nespresso estos días. El gigante suizo de la alimentación Nestlé ha desencadenado una guerra del café en Europa contra el grupo estadounidense Sara Lee y un ex alto ejecutivo de Nestlé. El motivo: las lucrativas cápsulas de café que Nespresso ha mantenido casi como un monopolio y que otras firmas han comenzado a comercializar. A su popularidad ha contribuido una campaña publicitaria con Clooney y Malkovich.
Con miles de millones en juego, Nespresso ha demandado a sus rivales acusándolos de fabricar copias de las cápsulas originales a precios más baratos que violan la propiedad intelectual de Nestlé. La compañía suiza lanzó su producto como un expresso casero comparable a los que se sirven en cafeterías.
Sara Lee y otras firmas distribuyen productos similares en supermercados
El primer episodio judicial podría comenzar el próximo mes en París, donde los competidores de Nespresso distribuyen el producto en tiendas de comestibles con la esperanza de abrir mercados en Europa y Estados Unidos. "Nestlé ha invertido millones de euros en desarrollo e innovación de Nespresso durante muchos años", señaló Richard Girardot, consejero delegado de la marca. "Así que cuando alguien sale con una mera copia del producto, tenemos que protegernos", añadió.
Pero los competidores alegan que Nestlé intenta cerrarles el mercado de uno de los segmentos de mayor crecimiento del negocio cafetero. Las cápsulas suponen entre un 20% y un 40% del valor de las ventas de café molido en el mercado europeo del café, que mueve más de 13.000 millones de euros, según datos de Euromonitor International.
"Lo que están haciendo es similar a lo que hacían Hewlett-Packard o Epson intentando prohibir los cartuchos genéricos", aseguró Jean-Paul Gaillard, que llevó las riendas de Nespresso durante 10 años y que ahora se enfrenta a una demanda de Nestlé por desarrollar una versión biodegradable de su cápsula con la empresa Ethical Coffee. "Intentan frenar las copias, pero nuestro producto no es una copia", concluyó. Este ejecutivo defiende que los verdaderos márgenes del negocio "están ahora en el café en cápsulas, pues básicamente vendes cinco gramos de café por cinco veces el precio de lo que obtendrías con el café molido normal".
Las ventas se han disparado un 30% anual de media en los últimos 10 años, desde que Nespresso emprendió una agresiva campaña para convertir el Nespresso, en principio un producto de oficina, en algo imprescindible entre los urbanitas chic. Con más de 200 tiendas por todo el mundo y la página web, Nespresso ha vendido más de 20.000 millones de cápsulas desde que irrumpió en el mercado, en el año 2000.
La firma no lo pone fácil a la competencia. Posee 1.700 patentes del producto -la mayoría expira en 2012- y trabaja para impedir a los competidores acceder al sistema de cápsulas de aluminio. Pero la estadounidense Sara Lee vende desde mediados de julio su propia versión de las cápsulas perforadas, L'Or, en los supermercados franceses a 29 céntimos de euro cada una, frente a la horquilla de 34 a 49 que cuesta la de Nespresso. Hasta ahora ha vendido 30 millones de cápsulas, según la firma, que asegura no violar la patente. "En forma, tamaño, color y material el producto es diferente", asegura Ernesto Duran, un portavoz de Sara Lee.
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