La presión sobre la deuda española se relaja tras el recorte de Moody's
La agencia de calificación rebaja la nota de solvencia del Estado en un peldaño y amenaza con volver a sacar la tijera por el coste de la reforma de las cajas.- Salgado cree que se han precipitado
Unas horas antes de que el Banco de España haya puesto negro sobre blanco cuáles son las necesidades de capital que tiene el sistema financiero para salir del bache, la agencia de calificación de riesgos Moody's ha rebajado este jueves en un escalón la nota de solvencia de España de Aa1 a Aa2, lo que en cualquier caso sigue reflejando una calidad "alta". La razón, que el coste de recapitalizar a los bancos y cajas será superior a los 20.000 millones que calcula el Ejecutivo. Además, lo que añade más presión sobre la calidad crediticia del país, la ha dejado en "perspectiva negativa" por la debilidad económica, lo que abre la puerta a nuevos recortes a corto o medio plazo de su rating. No obstante, los mercados, tras el susto de primera hora, han optado por moderar el acoso contra los títulos del Tesoro a medida que avanzaba la jornada y, de hecho, el interés exigido a sus bonos ha llegado a bajar, lo que implica que los inversores están entrando en la deuda española y que ya habían descontado el recorte.
Así, la prima de riesgo, que es el mejor termómetro de la confianza en las finanzas de un país y que se establece a partir del diferencial entre los bonos españoles a 10 años y los alemanes, de referencia, bajaba a 222 puntos básicos tras llegar a tocar los 230 a primera hora. Desde mediados de enero, coincidiendo con un rebrote de la crisis en los mercados de deuda de los países periféricos del euro, la prima no había alcanzado este nivel. No obstante, tras marcar este pico ha moderado su avance y, a las 11.00, transitaba en torno a los 225 puntos básicos.
En las Bolsas, el recorte ha motivado la salida de los inversores de los valores financieros del Ibex 35, lo que a su vez ha provocado que el selectivo español cayese más que el resto de sus homólogos europeos. A la media hora de la apertura se dejaba un 1,2% y ponía tierra de por medio con los 10.500 puntos, aunque al igual que ha sucedido con la prima, tras el susto inicial, frenaba su caída por debajo del 1%.
La decisión de Moody's, aunque de alguna manera se preveía desde el momento en que anunció que la ponía bajo vigilancia a mediados de diciembre, sí ha pillado al Gobierno por sorpresa. Según ha afirmado la vicepresidenta económica, Elena Salgado, las "dudas" que muestra la agencia se hubieran resuelto "simplemente esperando" a las cifras que ha dado esta tarde el Banco de España. A partir de ahora, ha añadido una discrepante Salgado, "quien diga que se necesita una cantidad distinta tendrá que decir en qué entidad". En la misma línea, la directora general del Tesoro, Soledad Núñez, que ha reconocido que el tijeretazo incrementará el precio por emitir deuda, ha reprochado a Moody's no haber tenido en cuenta los últimos avances en materia de reformas como la de las pensiones. Para el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, quien tiene la potestad para hablar del coste de sanear el sistema bancario es el Banco de España, que es quien tiene "información" y "credibilidad" para hablar ello.
Eso sí, la también ministra de Economía ha admitido que la preocupación de la agencia por el déficit de las comunidades autónomas estaría justificado. "Efectivamente, tenemos que hacer más esfuerzos para que se déficit se reconduzca y lo tiene que hacer sobre todo las comunidades y nosotros controlarlo", ha asegurado.
En concreto, Moody's, una de las tres agencias que dominan este negocio junto a S&P o Fitch, considera que el eventual coste de la reestructuración bancaria, que según sus cálculos rondaría los 40.000 o 50.000 millones, podría exceder las actuales estimaciones del Gobierno y el Banco de España, que ha fijado en 15.152 estas necesidades. Un mayor desembolso, añade la agencia, podría llevar a un mayor incremento del porcentaje de deuda pública. En caso de producirse un contexto de "gran estrés", indica Moody's, esta cantidad podría alcanzar 120.000 millones de euros. Estas sociedades, que condicionan las decisiones de miles de inversores, mantienen su prestigio pese a que fallaron durante la crisis de las hipotecas subprime. Pese a que incluían hipotecados potencialmente problemáticos, las agencias les otorgaron en convivencia con las principales entidades financieras la nota más alta entre sus calificaciones: la triple A.
Según ha explicado la agencia, la decisión de hacer pública hoy su decisión está motivada por el deseo de no influir negativamente en los mercados. En declaraciones a EFE, su analista senior para España, Kathrin Muehlbronner, ha recordado que la semana que viene el Tesoro español celebra dos emisiones de deuda, por lo que ha defendido que no no podían retrasarlo mucho más tiempo. Asimismo, ha insistido en que la posibilidad de que España tenga que acudir al mecanismo de rescate financiero europeo es "muy improbable". Con vistas al futuro, además del recorte de Moody's, sobre la deuda española pesa la amenaza de un descenso de la calificación por parte de Fitch, que hace dos semanas la puso también en perspectiva negativa su nota de AA+. De llevar a cabo la rebaja, se alinearía con Standard & Poor's, que hasta hoy era la única que la había situado en AA, un nivel equivalente al Aa2 de Moody's. España, que entró en la crisis de deuda con triple A, lo que equivale a un sobresaliente, ha visto como a lo largo de las turbulencias su nota ha caído, hasta el momento, en dos escalones, aunque sigue considerada como de una calidad alta. Es decir, su sobresaliente bajo o un notable destacado.
Antes, exactamente mañana, Salgado, acompañada por el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, viajarán a Estados Unidos para defender la reforma que ha dado lugar a la conversión de las cajas de ahorro en bancos y en busca de respaldo financiero para las cajas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.