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Crisis financiera mundial | La respuesta de los Gobiernos

La Casa Blanca deja a España fuera de la cumbre financiera mundial

El 14 de noviembre acudirán a Washington 20 países, unos ricos y otros emergentes

José Luis Rodríguez Zapatero no arroja fácilmente la toalla. Incluso después de que, ayer por la tarde, la portavoz de la Casa Blanca, Dana Perino, anunciase la convocatoria, los próximos días 14 y 15 de noviembre en Washington, de una cumbre internacional para "discutir sobre los mercados financieros y la economía global", a la que no ha sido invitada España. "Hasta que no se cursen las invitaciones, no nos daremos por vencidos", insistían fuentes de La Moncloa, según las cuales se mantenían intensas gestiones diplomáticas, "a todos los niveles", para hacer valer los derechos de España.

No será fácil, pues la convocatoria anunciada ayer se limita a los socios del G-20, un grupo creado en 1999, tras la crisis de los mercados asiáticos, que agrupa a los miembros del G-8 (EE UU, Canadá, Japón, Francia, Reino Unido, Alemania, Italia y la UE, además de Rusia) con las llamadas economías emergentes (Argentina, Brasil, México, China, India, Indonesia, Corea del Sur, Australia, Arabia Saudí, Suráfrica y Turquía).

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Todo lo que ayer obtuvo Zapatero fueron buenas palabras, Primero del presidente francés, Nicolás Sarkozy, quien, a través de un comunicado, expresó por la mañana su "convicción de que España tiene su lugar en la cumbre financiera internacional, dado su peso en la economía mundial". Luego, del presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durão Barroso, quien se mostró "encantado si España participa".

Uno y otro dejaron claro, sin embargo, que la elección de los invitados correspondía al "anfitrión estadounidense". Algo que ya dio por sentado, la semana pasada, el primer ministro británico Gordon Brown, el primero que respaldó públicamente la participación de España, cuando dijo que se lo había pedido "al presidente [George] Bush".

Sea por error de apreciación, o porque nadie quiere asumir la responsabilidad, el Gobierno español no cree que la decisión corresponda exclusivamente a la Casa Blanca. "Aunque se celebre en Washington y Bush sea el anfitrión, la cumbre se convoca de común acuerdo entre EE UU y la UE", insistían ayer en La Moncloa. Las mismas fuentes recordaban que la iniciativa partió de Sarkozy y que fue éste, acompañado de Barroso, quien se la vendió el sábado al presidente estadounidense en Camp David.

Un portavoz de la Casa Blanca, Tony Fratto, negó que se hubiera tomado "la decisión de excluir a España" y subrayó que durante el proceso de consultas se optó por el formato del G-20, informa Juan Jesús Aznárez. Lo cierto es que este grupo, que ahora preside Brasil, nunca se ha reunido a nivel de jefes de Estado o Gobierno, sino sólo de responsables de finanzas.

El embajador español en Washington, Jorge Dezcallar, se reunió ayer con el número dos del Departamento el Tesoro, el vicepresidente Robert Kimmitt, en un intento de conseguir el apoyo norteamericano a la inclusión de España en la cumbre. Sin precisar nombres, otra portavoz del Ejecutivo, Dana Perino, agregó que Bush "ha pasado los últimos días al teléfono hablando con muchos líderes diferentes sobre esta reunión".

A pesar de sus palabras de la mañana, Sarkozy se apresuró luego a saludar el anuncio de la Casa Blanca de convocar una cumbre con "los principales países e instituciones afectados por la crisis financiera". Además de los socios del G-20, estarán en Washington los responsables de la ONU, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Fondo de Estabilidad Financiera.

El presidente francés añadió una de cal en favor de España al subrayar que a la cumbre de noviembre seguirán otras reuniones para "refundar el sistema financiero internacional y, a través de una mejor regulación y una vigilancia más eficaz de todos los operadores, garantizar que la crisis actual no se reproduzca". En teoría, a estas reuniones podría sumarse España, aunque le costará abrirse hueco, pues será en Washington donde se repartan los grupos de trabajo.

Zapatero decidió el martes por sorpresa viajar hoy a Pekín para participar en la cumbre entre la UE y los países de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático. Allí podrá entrevistarse con los mandatarios de China, India e Indonesia, así como con Merkel, Berlusconi o el propio Sarkozy, todos ellos invitados a la cumbre, a quienes pedirá su apoyo.

Sarkozy y su esposa, Carla Bruni, llegan a la catedral de París para asistir a un acto funerario ayer.
Sarkozy y su esposa, Carla Bruni, llegan a la catedral de París para asistir a un acto funerario ayer.REUTERS

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