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La CEOE reclama "un paréntesis" en el libre mercado para atajar la crisis

El secretario general dimite antes de que la junta directiva votara su destitución

Lucía Abellán

Las crisis ponen a prueba los principios. Y la magnitud de la actual está resquebrajando algunas creencias básicas del empresariado. El presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, realizó ayer una insólita defensa del intervencionismo gubernamental para que la tormenta económica amaine. "Creo en la libertad de mercado, pero en la vida hay coyunturas excepcionales. Se puede hacer un paréntesis en la economía de libre mercado", sugirió el líder de los empresarios apelando directamente al Gobierno para que sea más intervencionista.

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Díaz Ferrán tiene muy claro lo que debe hacer el Ejecutivo para sortear los malos tiempos. Lejos de proponer medidas de inversión productiva o de refuerzo del gasto social, el presidente de la patronal pide financiación a las empresas. "El ICO [Instituto de Crédito Oficial] tiene que buscar soluciones, hacer una excepción y dar avales a los bancos para que financien el circulante de las empresas". Es decir, Díaz Ferrán pide que ese organismo público, cuya misión es otorgar créditos destinados a inversiones, avale cualquier otro gasto de las empresas -sobre todo de las pequeñas y medianas- para evitar que quiebren.

Consciente de la contradicción que encierran estos postulados, el presidente de la CEOE lo justifica así: "No he visto ninguna situación como ésta en España ni en el mundo. Si no se toman medidas excepcionales, el paro será mucho mayor de lo que el Gobierno cree". Y el millón de parados más que pronosticó hace meses, asegura, se quedará corto a medio plazo.

Díaz Ferrán compareció ante la prensa para dar cuenta de una junta general de la organización centrada en las tormentas internas más que en las exteriores. La reunión, convocada a puerta cerrada para ratificar la destitución de su número dos, Juan Jiménez Aguilar, fue, según fuentes empresariales, una de las más tensas en la historia de la CEOE, que data de 1977. No hizo falta que la junta votara la salida del secretario general, propuesta por Díaz Ferrán. Un acuerdo de última hora propició que el propio Jiménez Aguilar presentara la dimisión tras perder la votación en el comité ejecutivo, celebrado con anterioridad a la junta. Cuando Jiménez Aguilar, un histórico de la CEOE que ha mantenido el cargo desde 1984, comunicó la dimisión, la junta le dedicó una ovación. La emoción y los nervios acumulados en los últimos días le provocaron una bajada de tensión que requirió atención médica. Una vez repuesto del desmayo, y ya retirado de su cargo de secretario general, se marchó a su casa.

Pero la crispación no había hecho nada más que empezar. Tras la salida de Jiménez Aguilar, de 68 años, se sucedieron unas 60 intervenciones. Las primeras fueron todas en apoyo del secretario general. Reprochaban al presidente estar hundiendo a la organización y ser demasiado tibio con el Gobierno. También hubo palabras favorables a Díaz Ferrán, que defendían su derecho a elegir equipo propio y su papel al frente de la CEOE. Cada intervención recibía aplausos y abucheos de los dos sectores enfrentados, unas prácticas poco comunes en la patronal.

La reunión de ayer se ha saldado, al menos, con el compromiso de modificar los estatutos de la CEOE para permitir convocar elecciones anticipadas, una posibilidad ahora inexistente. Díaz Ferrán fue designado por su antecesor, José María Cuevas, hace más de un año, cuando éste abandonó el mandato antes de tiempo por motivos de salud. El mandato expira en marzo de 2010, pero Díaz Ferrán tiene la intención de convocar antes elecciones para reforzar su autoridad. Sin esperar a ese trámite, la Confederación de Empresarios de Andalucía, integrada en la CEOE, pidió ayer su dimisión.

También Cuevas acaparó unos minutos de atención al intervenir en el comité ejecutivo en defensa de Jiménez Aguilar, a quien él mismo designó.

Díaz Ferrán, flanqueado por Jiménez Aguilar (derecha) y Jesús Bárcenas, en una reciente reunión.
Díaz Ferrán, flanqueado por Jiménez Aguilar (derecha) y Jesús Bárcenas, en una reciente reunión.CLAUDIO ÁLVAREZ

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

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