La CAM declara pérdidas de 1.731 millones hasta septiembre

El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) hizo públicos los resultados de la Caja Mediterráneo (CAM) a última hora de la tarde de ayer. Tal vez para tratar de que pasaran inadvertidos, pero el deterioro de la entidad ha tomado tal velocidad que es imposible no prestarle atención. Malas noticias para la subasta de la entidad, que está prevista resolver en los primeros días de diciembre.

El Banco CAM (todo el negocio financiero que tenía la caja de ahorros) registró pérdidas de 1.731 millones en los nueve primeros meses del ejercicio. Supone 595 millones más que en junio, es decir, un incremento del 52,3%. O dicho de otra forma, el Banco CAM va a un ritmo de 200 millones de pérdidas al mes. Según las cifras oficiales de diciembre pasado, ganaba 142 millones.

La entidad, ahora en proceso de subasta, tiene una morosidad del 20,8%

Según la nota oficial, tras la segregación de activos, el capital social se eleva a 1.961 millones, claramente insuficiente, ya que apenas sirve para cubrir las pérdidas. El ratio de morosidad de la CAM se situó a 30 de septiembre en el 20,8%. En junio pasado declaró un ratio de impagados del 19%. La tasa no ha subido más porque el crédito está en regresión. En junio, Banco CAM tenía concedidos 52.320 millones y tres meses después 50.825 millones. Los altos números rojos solo permiten que la cobertura para insolvencias alcance el 36%, por debajo de las del sector.

La nota que hizo público ayer el FROB no comparaba con ninguna cuenta de resultados anterior, lo que dificulta el análisis de la evolución de las partidas.

En el mercado se estima que la entidad ha podido perder alrededor de 5.000 millones de ahorro de los clientes. Sin embargo, según las cifras oficiales, ha pasado de 53.008 millones a 52.551 millones. No obstante, aclara que de esta cantidad solo 34.512 millones "corresponden al sector privado y 1.821 millones al sector público". Desglosa que tiene 6.861 millones en depósitos a la vista y 20.686 millones en imposiciones a plazo. Desde su intervención por parte del Banco de España, el 22 de julio pasado, la entidad dispone de una línea de liquidez de 3.000 millones, de los que se desconoce cuántos ha utilizado.

La nota señala que las pérdidas por deterioro de activos financieros suponen un gasto de 1.735 millones y las pérdidas por deterioro del resto de activos representaron una carga de 197 millones.

Los gastos de administración y amortizaciones se elevaron hasta los 619 millones, casi el doble que en el primer semestre. No hay explicación al respecto. La noticia más positiva es que el margen de intereses (la diferencia entre lo que paga por los depósitos y lo que cobra por los créditos), asciende a 417 millones, un 74% más que en junio.