El BBVA advierte que el precio de los pisos aún debe caer un 20%
La entidad cree que el ajuste del sector no ha terminado
La tendencia bajista del precio de la vivienda todavía no ha tocado suelo. El Servicio de Estudios del BBVA puso ayer los puntos sobre las íes después de los mensajes optimistas que llegan desde el Gobierno sobre la evolución del mercado inmobiliario. Según el BBVA, los precios de los pisos hasta ahora sólo han caído un 10%, cuando deberían haberlo hecho un 30%. Esa diferencia del 20% se saldará, pronostica el banco, en 2010 y 2011, y no será hasta 2012 cuando los valores empezarán a estabilizarse.
Quien quiera comprarse una vivienda todavía tiene tiempo para pensarlo detenidamente. Al menos dos años, a tenor del estudio del BBVA. Si bien los datos del Ministerio de Vivienda indican que los descensos han empezado a moderarse, el BBVA indica que esta "contención" no debe interpretarse como "el suelo de las correcciones".
Las provincias que rodean Madrid y las del Mediterráneo acusarán las bajadas
Según el informe Situación inmobiliaria, la etapa de caída del precio todavía es muy corta en comparación con el largo periodo de bonanza durante el cual los precios no hicieron más que escalar. En la anterior crisis, la de la década de 1990, se registraron 21 trimestres consecutivos de bajadas en los precios reales, mientras que en la actual recesión sólo se han encadenado seis.
Al mercado de la vivienda le quedan, a juicio del BBVA, al menos ocho trimestres más de bajada. Este año se cerrará, según la entidad financiera, con un retroceso del 7%, mientras que el año que viene los valores caerán un 8%. El banco deja para 2011 el resto del ajuste inmobiliario, puesto que para entonces los promotores, inversores y propietarios se habrán zafado del voluminoso stock de pisos que acumulan y que el banco sitúa ya en más de un millón de viviendas.
El tercer factor que impide levantar cabeza al sector residencial es la insuficiente mejora del esfuerzo familiar para acceder a una casa. El BBVA constata que hoy un hogar requiere de los ingresos equivalentes a 6,6 años de salario para pagar una vivienda, cuando en la cresta de la ola se necesitaban los ingresos de 7,7 años. Sin embargo, este descenso no se debe a que los pisos se hayan abaratado, sino a la caída del Euríbor, que ha llegado a su mínimo histórico. Además, esta mejora es muy inferior a la de otros países, como Estados Unidos, donde hoy las familias destinan 3,5 veces sus ingresos para comprar una casa.
Las mayores bajadas que todavía tienen que venir se producirán, según el BBVA, en las provincias en las que más se construyó durante el boom, que son también en las que hay más pisos por vender y las que vieron cómo los precios subían con rapidez. Entre ellas están las provincias limítrofes a la Comunidad de Madrid (Guadalajara, Toledo, Cuenca y Segovia) y las del Mediterráneo (Málaga, Castellón y Tarragona). En cambio, los precios tienen poco recorrido a la baja en Ourense, Navarra y Baleares.
Pero el sector también tiene sus brotes verdes, y éstos vienen de la mano de la rehabilitación, puesto que en el tercer trimestre de este año los visados de reformas de viviendas crecieron un 18% en comparación con el mismo periodo del año anterior. Según el BBVA, este repunte de la rehabilitación viene favorecido por los planes del Gobierno, que quiere convertirla en un motor de la recuperación.
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