La transformación del Milan

Carlo Ancelotti, el entrenador del Milan, tiene buenas vibraciones: "Mi humor depende de las sensaciones que me transmite el equipo y estoy muy sereno. Debemos hacer 90 minutos como los primeros 60 en Old Trafford". En ese periodo, con Kaká majestuoso, el Milan ganaba por 1-2 al Manchester y ofrecía una sólida imagen. Acabó perdiendo por 3-2. Esta noche, busca remontar ante un rival igualmente versátil, audaz y suntuoso. Y lo intentará con la vitamina mental de saber que ha atravesado un calvario y ha salido indemne. Hace cinco meses y penalizado con ocho puntos por el escándalo de corrupción italiano, purgaba sus pecados con un juego plano, un técnico cuestionado y una plantilla diezmada. Los cartílagos de las rodillas de Maldini se desintegraban, Nesta y Dida necesitaron cirugía en sus espaldas, Inzaghi pasaba por el quirófano para repararse una rodilla y una mano. Para colmo, exhaustos tras ganar el Mundial, Pirlo parecía sin brújula y Gattuso daba síntomas de tener plomo en las piernas.

Un panorama desolador, agravado con la visión de un Inter disparado. Pero todo el club se conjuró: desde Madrid llegó Ronaldo para acabar con el marasmo goleador, la enfermería se vació y Pirlo recuperó su precisión de relojero y Gattuso su vigor de gregario. Además, nunca perdió al mejor Kaká. Y nada de cambiar de mister. Ancelotti pudo estar con la soga al cuello, pero inyectó tranquilidad hasta que el equipo recobró el pulso. No hubo reproches a los jugadores ni justificaciones banales.

Ahora, el Milan afronta el momento decisivo con una plaza asegurada en la próxima Liga de Campeones tras una meritoria remontada en su campeonato. Y ansioso por conquistar su séptima Copa de Europa para lavar la afrenta de perder ante el Liverpool de manera disparatada la final de 2005. Encima, nunca ha sido eliminado por el Manchester. Conseguido el plus de confianza colectivo, cada futbolista visualiza el partido con heterogénea sensibilidad. Kaká sueña con su desequilibrante actuación en Old Traford. La mente de Pirlo opera en términos geométricos. Seedorf piensa en la precisión. Maldini, en su octava final.

Y Gattuso... Gattuso es de otra fibra: "Sólo conozco un modo de preparar el partido: pensar en correr, correr y correr". Hoy precisamente se pone a la venta la autobiografía del volcánico centrocampista: Si uno nace cuadrado, no muere redondo. El epígrafe de algunos capítulos es prometedor: El hombre desciende de Gattusso, Fraseología para poner en éxtasis a la prensa, Diez buenos motivos para ir en Vespa o Pienso en calabrés, juego en calabrés. Gattuso sabe reírse de su personaje. Pero sus compañeros le toman muy en serio: saben que hoy es tan importante que Kaká vuelva a poner patas arriba a la zaga del Manchester como que Gattuso logre reprimir el juego de Scholes. Esta noche, San Siro espera a un Milan cargado de buen juego y carácter.