La rebelión del Norte
Francia remonta ante Nueva Zelanda en Gales e Inglaterra elimina a Australia
El rugby champaña ha vuelto. Michalak descorchó la botella y apuntilló al favorito. Porque, con todo en contra, Francia se sobrepuso a los elementos y a la desidia de su técnico. Eliminó a Nueva Zelanda (18-20) en Cardiff, tierra extraña -una concesión política para asegurarse el apoyo de las Islas y así albergar el Mundial-, ante un público en contra. El XV del gallo remontó con sus armas de siempre. En cuanto Bernard Laporte se dejó de experimentos y volvió a sus orígenes, a lo que Francia sabe, al balón a la mano, los All Blacks se aturullaron. La potencia del Pacífico Sur, juego al pie, buscando descaradamente el choque, la falta, segura de su fondo físico, se confió y lo pagó caro. Desperdició una renta abrumadora (13-0).
Michalak, icono gay, y Chabal, fenómeno mediático salido de las cavernas, fueron los artífices de la remontada. La segunda parte que se vio en Gales no tuvo nada que ver con la primera. El absurdo de Laporte, que apeló a bajar el cuero al suelo para favorecer las contras, fue un desastre. Una decisión fatal, como colocar a Beauxis de pateador. Al chico, de 21 años, le pudo la presión. El seleccionador francés, aspirante a ministro de Deportes, le dio el puesto y relegó al banquillo a Michalak en una decisión muy controvertida. Beauxis sólo se había fogueado en la posición contra los georgianos, una pantomima. No extrañó que fallara más que una escopeta de feria. Al tercer intento, transformó un golpe de castigo (13-3 al descanso).
Michalak le reemplazó en el m. 67. Chabal entró un poco antes. Para entonces, Nueva Zelanda seguía echando sal en la herida. Pero Michalak se amotinó. Habilitó a Jauzion, que logró el ensayo. Ocurrió tras un avant -los pases hacia adelante están prohibidos-. Fue decisivo. Dio la vuelta al duelo. El espíritu del 99 imperó de nuevo. Entonces, Francia quedó segunda en el Mundial tras liquidar al mismo rival de anoche.
El triunfo de Francia fue la guinda de la jornada, del día en el que el Norte se rebeló. El hemisferio Sur se quedó sin dos de sus gigantes. Si la organizadora reventó los planes del cuadro de Graham Henry, Inglaterra, la defensora del título, dio la campanada y eliminó a Australia (10-12). Fiyi es la única representante de Oceanía.
Lo del XV de la Rosa es de traca. Parece que sólo le estimulan los encuentros a cara de perro. Entonces surge su gen competitivo. Ya le ocurrió ante Samoa, en la primera fase. El ganador pasaba a los cuartos. Surgió Wilkinson. Lo mismo sucedió ayer en Marsella. La efectividad en el lanzamiento a palos del apertura resolvió la eliminatoria. Wilkinson, caballero del Imperio Británico, fue el autor de todos los puntos de su equipo. Anotó cuatro golpes de castigo. El único ensayo fue del australiano Lote Tuqiri. Stirling Mortlock sumó un golpe de castigo y una transformación para Australia, que logró sus diez puntos en la primera mitad, a cuyo término se llegó con 6-10 a su favor.
Como sus vecinos de Auckland, los aussies entregaron la cuchara. Inglaterra se llevó la reedición de la final de 2003, jugada en Sidney. De paso, Wilkinson batió con 234 el récord de puntos anotados en un Mundial. Francia será su rival por un lugar en la final. El Norte está en ascuas.
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