Cuando el más rápido acaba tercero
Algunas veces, ser el más rápido en velocidad punta no lleva pareja la victoria ni siquiera en la carrera de los 100 metros. A pesar de ello, a menudo se emplea el sinónimo de más rápido para decir que fue el ganador. Para que fuera siempre correcto se debería añadir que se trata de velocidad media, del conjunto de la carrera. Muestra de ello es Asafa Powell, que fue el más rápido en la final de los Mundiales de Osaka 2007 y, sin embargo, quedó tercero. A Tyson Gay, el ganador, le midieron sólo 42,66 kilómetros a la hora frente a los 42,77 que le tomaron a Asafa una decena de metros antes. El jamaicano, que consiguió su punta de velocidad poco más allá de la mitad de la carrera, no fue capaz, en cambio, de mantener después una rapidez suficiente para ganar. Tanto es así que en los últimos metros bajó incluso de 39 kilómetros a la hora mientras Tyson, el ganador, y Derrick Atkins, segundo, se mantuvieron en todo momento por encima de los 41. En los Juegos Olímpicos tendrán a un serio competidor en el también jamaicano Usain Bolt, que consiguió el actual récord del mundo (9,72s) en la reunión de Nueva York del pasado 31 de mayo.
Los 100 metros son todo un mundo, una carrera larguísima, llena de detalles, aunque no todos igual de importantes
Los 100 metros son todo un mundo, una carrera larguísima, llena de infinidad de detalles, aunque no todos igualmente importantes para el desenlace. Por ello, en el estudio descriptivo de la final que perdió Asafa, Akira Ito y el grupo de biomecánica de la Universidad del Deporte y las Ciencias de la Salud, de Osaka, optaron por limitar a 100 fotogramas en cada segundo los registros de las dos cámaras de vídeo de alta velocidad. Éstas se colocaron sincronizadas en la zona superior de las gradas del estadio Nagai y les permitieron tener que analizar solamente unos 1.000 fotogramas en cada atleta. El trabajo se ajustaba así a unos resultados que, si se dieran demasiado tarde, perderían todo interés, pero que, si se pretenden obtener demasiado pronto, a costa de simplificar el método, carecerían de rigor científico.
Cada atleta intenta aprovechar lo mejor posible sus habilidades. Y, a pesar de ello, las apariencias engañan. En Osaka, al bajito de Tyson (1,83 m.), cuando consiguió su máxima velocidad, le tomaron pasos de 2,42 m. frente a los de 2,40 m. de Asafa pese a ser más alto (1,90 m.). Y no es que fueran cortos los de Asafa, que casi cuadraban a la perfección con la cifra mágica de biomecánicos y entrenadores: 1,265 veces la estatura para los mejores atletas, que bajan de 10s en los 100. Por ello los biomecánicos japoneses calificaron a Tyson como corredor de amplitud mientras que a Asafa lo denominaron corredor de frecuencia, pues en las mismas condiciones de máxima velocidad llevaba puesto el turbo (4,96 pasos en cada segundo frente a los 4,90 que daba Tyson). Aunque para muestras de amplitud las de Carl Lewis, que, cuando hizo su récord de 9,85s en 1991, conseguía en los instantes de velocidad punta pasos de 2,54 m. (1,35 veces su estatura). No obstante, si se atiende al número de pasos que dan en toda la carrera y, así, a la amplitud media de cada paso, los resultados cuadran bien con sus respectivas estaturas. Tyson dio 44 este año cuando hizo su marca de 9,77s, Asafa da 43,5 y, finalmente, la estatura de 1,96 m. de Bolt le permite cubrir la distancia en sólo 41,5 pasos (con pasos cercanos a 2,5 m. en los instantes de velocidad punta).
La carrera, sin duda, va a ser emocionante tanto por ver el enfrentamiento entre estos grandes atletas como por la expectativa de las marcas que se puedan conseguir. Pero la curiosidad por conocer al detalle el universo de resultados precisos de lo que suceda entre los finalistas (más allá de alguna información rápida que se pueda avanzar) deberá esperar unos meses, hasta que se completen los análisis biomecánicos.
Xavier Aguado Jódar es biomecánico de la Facultad de Ciencias del Deporte, Universidad de Castilla-La Mancha (xavier.aguado@uclm.es)
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