La justicia señala a Terry
La fiscalía británica acusa al capitán del Chelsea y de Inglaterra de proferir presuntos insultos racistas a un jugador del QPR
La fiscalía británica anunció ayer que acusará de un delito de alteración del orden público con agravante racista al capitán del Chelsea y de la selección inglesa de fútbol, John Terry. El motivo es el mismo por el que la federación inglesa impuso el martes una suspensión de ocho partidos y una multa de 48.000 euros al delantero del Liverpool Luis Suárez: proferir insultos racistas contra un rival. En el caso de Terry, su presunto ataque fue dirigido contra el jugador del Queen's Park Rangers Anton Ferdinand, durante el choque de la Premier del 23 de octubre pasado.
La policía británica comenzó a investigar el incidente a raíz de la denuncia de un asistente al encuentro. "Estoy convencida de que hay pruebas suficientes como para que sea condenado", aseguró ayer Alison Saunders, la fiscal jefe de Londres. Mientras prosigue la investigación paralela de la federación, el defensa, de 31 años, deberá comparecer ante la justicia ordinaria el 1 de febrero.
Suárez, del Liverpool, fue castigado el martes con ocho partidos por el mismo motivo
Si se le considera culpable, Terry, que siempre ha negado los hechos, puede ser multado con hasta 3.000 euros. "Estoy molesto con la decisión y espero que me den la oportunidad de limpiar mi nombre lo antes posible", se defendió ayer. "Tengo amigos de todas las razas y creencias. He hecho campaña contra el racismo y creo que no tiene sitio en la sociedad. Voy a pelear con uñas y dientes para demostrar mi inocencia".
El Chelsea también hizo público su apoyo a su capitán a través de un comunicado y por boca de su entrenador, André Villas-Boas, que confirmó que cuenta con él para el derby de esta noche contra el Tottenham (21.00, C+ Fútbol). "Conocemos sus valores y su personalidad", justificó el técnico.
Como Terry, Luis Suárez ha contado con el apoyo de su club, el Liverpool, desde que el defensa del Manchester United Patrice Evra le acusó de racismo por llamarle "negro". Ayer, el abogado del uruguayo anunció que hará una "apelación total". Estas medidas muestran la disposición de las instituciones británicas a lanzar un mensaje de tolerancia cero contra el racismo cuando faltan siete meses para los Juegos Olímpicos de Londres. Los casos han recibido una gran cobertura mediática, creando un clima de especial sensibilidad. Prueba de ello fueron las críticas a Joseph Blatter, presidente de la FIFA, cuando dijo que los incidentes racistas en el césped se zanjan con un "apretón de manos". Los clubes ingleses le respondieron con un comunicado conjunto, mientras el ministro de Deportes, Hugh Robertson, pidió su dimisión.
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