"Me gusta ser libre"
"Piacere", dice mientras tiende una mano enorme. "Sono Zlatan", se presenta con educación. Zlatan Ibrahimovic es enorme, y habla con voz grave. Desde hace un mes tiene el honor de ser el nuevo delantero centro del Barcelona, que pagó por él 45 millones más Samuel Eto'o, tasado en 20. No parece asustado ante el reto de sustituir al camerunés, defender la camiseta del tricampeón y ser el fichaje más caro de la historia azulgrana. Lleva desafiando retos toda su vida. Nacido en Malmoe en 1981, hijo de emigrantes yugoslavos -su padre, Sefic, es serbio, y Jurka, su madre, croata- creció en Rosengard, un barrio de viviendas sociales construido en la década de los 60 para obreros suecos y que hoy en día tiene un 60% de población extranjera.
Pregunta. Usted se ha definido como un tipo aburrido. Sus colegas del Barcelona le desmienten.
Respuesta. (Sonríe). Me gusta cuando los compañeros están contentos y se divierten. Esto es muy serio, pero también hay que divertirse. Lo más importante es divertirte. O mejor, una combinación de las dos cosas.
P. Durante el partido, ¿también es mejor divertirse?
R. Debe haber un balance. Seriedad y diversión. Aunque cuando juegas con Messi, Dani [Alves], Touré, con compañeros de esta calidad, fantásticos, hay que dar al espectador el espectáculo que quiere ver cuando viene al campo y cuando eso pasa, te diviertes jugando. Pero antes hay que vencer, porque en el fútbol se vive de los resultados. En el tercer tiempo siempre hay momentos para divertirse, porque ganar es la mejor diversión.
P. ¿En Italia había dejado de tener motivos para divertirse?
R. No, lo que pasa es que Italia es un altro fútbol, más táctico, más atento. Aunque no he jugado mucho todavía, lo he visto y es evidente que en España el fútbol es más ofensivo porque no quieres marcar un gol sólo, sino que si marcas uno, quieres meter otro... tres y cuatro. En Italia estás contento si metes uno porque estás pensando en que no te marquen ninguno.
P. Sus compañeros andan asombrados. Resulta que les saca medio metro de altura y es tan hábil como el más bajito...
R. ¡Una gran ventaja! Mido 1,95 ó 1,96, peso 95 kilos, 94 cuando estoy en forma... [se ríe a carcajadas]. Me gusta jugar con la pelota; siempre he querido jugar al fútbol con el balón. Puedo jugar sin él, pero soy técnico. La altura es una ventaja porque me da un buen tono físico y esa combinación es buena.
P. ¿Es culpa del taekwondo?
R. No lo sé, le he dado tantas vueltas a esto que ya no sé si me ha dado una ventaja. Pero es muy posible. Hice taekwondo durante cuatro años y me gustan mucho todas las artes marciales, las sigo más o menos todas.
P. Le llaman El Mago, dicen que lo suyo es arte...
R. Se nace con una calidad. Tú puedes trabajar el chut... pero la calidad no se entrena, la tienes porque eres como eres, como la misma personalidad... Siempre he jugado igual, así que debe de ser algo natural.
P. ¿Que le pide Guardiola?
R. Eso, que sea yo, que juegue con naturalidad. Sobre todo, se preocupa de que esté bien. Me pregunta por cómo me va, si estoy a gusto: 'Tranquilo, no tengas prisa'. Está convencido de que todo saldrá bien y eso da confianza. Me deja claro que lo primero es que me recupere, por eso nos hemos tomado tiempo. Hay un buen diálogo.
P. ¿Pep habla mucho?
R. No, mucho no, habla lo necesario, me gusta... Debe haber un feeling entre el entrenador y el jugador. Si el entrenador no habla con el jugador es difícil que éste entienda qué quiere y cómo piensa. Si no hablas, es difícil para el futbolista saber si lo haces bien, si haces lo que tienes que hacer.
R. ¿Es también una característica de Mourinho? [entrenador del Inter]
R. Sí, sí, con Mou hablas mucho. Tiene un buen contacto con los jugadores.
P. ¿Le está costando mucho adaptarse?
R. Necesito partidos. Poco a poco. Es todo nuevo, la ciudad, el calor, la mano... Afortunadamente juego con los pies, pero la operación es muy reciente y aunque no es bueno obsesionarte, piensas en ello, claro. Me he pasado mucho tiempo sin poder entrenarme. El estilo de juego del Barça es diferente al del Inter y yo me iré adaptando poco a poco.
P. Busca piso para su familia...
R. Sí, tengo dos hijos pequeños, el mayor tiene tres años...
R. ¿Asusta más el precio del metro cuadrado en Barcelona o la delantera del Madrid?
R. ¡Los alquileres! ¡Le aseguro que dan miedo! [Se ríe]. Lo he podido constatar...
P. Con Ronaldo, Kaká, Messi, Agüero, usted, ¿la española es la Liga más fuerte de Europa?
R. Es la más interesante. Han llegado jugadores muy fuertes, de gran calidad, desde Italia y de Inglaterra... Hay muchas novedades y eso hace que la Liga sea una competición importante. En el Gamper había 94.000 espectadores: esa expectación es fantástica, una gran motivación.
P. ¿Acepta que se le considere algo más que un goleador?
R. Sí, es así, no me considero un goleador... Por mi manera de entender el juego, si hago un gol o doy un pase estoy igual de feliz; una asistencia es como si meto un gol. Así que no soy uno al que le gusta vivir en el área esperando para meter el gol. Me gusta que haya movimiento, espacio, no me gusta vivir en el área esperando que me llegue la pelota.
P. Dice Rivaldo que un gol lo mete cualquiera.
R. Bueno, depende, un gol es un gol [se ríe]...
P. ¿Sabe cuántos goles ha marcado usted en su carrera?
R. Buf, no lo sé. No miro atrás, sino adelante. He metido muchos, algunos bonitos... Además, siempre llega un gol más bonito.
P. ¿Es consciente de que sus goles van a ser comparados con los que metía Eto'o?
R. ¡Es normal! Hemos hecho un cambio de equipo. Pero no debería haber comparaciones entre los dos. Eto'o es fantástico, ha hecho una gran labor en el Barça y es un gran goleador. Hay muchas cosas suyas que me gustan, pero no me veo como él, me veo como otro tipo de jugador. No somos comparables.
P. ¿El recuerdo de Eto'o es una presión añadida?
R. No, no, la presión me la impongo yo solito. Jugar en un club con una gran historia, de gran tradición, exige algo más de lo que puedas hacer en el campo; debes ser siempre un referente para los niños, pero yo soy un ser humano y cometo errores. No hay nadie perfecto, no hay hombre en el mundo que no se equivoque.
P. Eto'o caía mucho a las bandas y presionaba la salida del balón. ¿Es un problema para usted?
R. No. Al contrario, así me gusta más. Me gusta ser libre en el campo. En el Ajax jugaba de 9, en la Juve un poco por la derecha, en el Inter libre, donde quería, dependiendo del juego... Me gusta moverme, jugar con libertad, pero siempre atacando.
P. El Barça juega de una manera similar al Ajax, a donde llegó con 19 años y jugó tres años. ¿Es una ventaja?
P. Aprendí mucho en el Ajax. Es un sistema similar al del Barcelona, con un 4-3-3, jugando siempre a uno o dos toques, a un ritmo intenso. Aprendí mucho de todos mis entrenadores, pero seguramente en ningún sitio crecí tanto tácticamente como en Amsterdam. Pero con todo el respeto, [el Ajax] no tenía esta calidad.
P. ¿El secreto del Barcelona es calidad o trabajo?
R. Calidad natural. Debes trabajar siempre y entrenar fuerte, pero el secreto es la calidad. Aquí buscan los jugadores con calidad. Adaptarse ya es otra cosa.
P. Xavi dice que no le costará porque le gusta tirar paredes y esa es la base del juego del Barcelona, la combinación.
R. Seguro. Me gusta combinar, pero se debe ser también concreto, no sólo basta con jugar y tocar, hay que llegar.
P. ¿En qué medida el delantero del Barcelona depende de la acción de los volantes?
R. No somos sólo tres atacantes. Todos llegan, hay movimientos, se generan espacios para el compañero. Ese sistema le viene bien a mi manera de jugar.
P. ¿Qué significa para usted jugar junto a Messi?
R. Una delicia. Lo hace todo fácil, juega para el compañero, siempre te deja la pelota con ventaja, siempre; se la devuelves y siempre la controla. Es de esos jugadores que hacen mejores a los que juegan a su lado.
P. ¿Habló con Figo antes de fichar por el Barça?
R. Sí.
P. ¿Qué le dijo?
R. Todo positivo: 'Si quieres jugar en el equipo más fuerte del mundo, vete al Barcelona; no te lo pienses dos veces'. Siempre me habló bien de Guardiola, del club... Todavía me envía mensajes, hablamos... se preocupa de mi adaptación.
P. Usted nació y creció en Rosengard. ¿Cómo era aquello?
R. Una zona sólo de extranjeros; para mí no era difícil vivir allí, conocía a todos, económicamente no me faltaba de nada. Yo no fui a la ciudad hasta los 18 años. Siempre estaba en el barrio. Mis padres aún viven allí.
P. Su padre es serbio y su madre croata. ¿Tiene el carácter competitivo de los yugoslavos?
R. Soy sueco, por cómo vivo, por cómo he crecido, por mis costumbres... Pero mi mentalidad es muy eslava, porque mi madre es católica y croata y mi padre bosnio musulmán.
P. ¿Le gusta pescar?
R. Sí, me gusta. En río, en el mar, me da igual. Me gusta porque estás tranquilo, relajado, paciente, y cuando pican, sube la adrenalina. Es más o menos como el gol. Pero para el gol tengo menos paciencia que para la pesca, necesito meter un gol más rápido que sacar un pez del agua.
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