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Reportaje:Cuarta Copa Davis de España

... Y después, "el vacío"

Los técnicos coinciden en que el tenis español, por primera vez en 40 años, no tiene relevo para una generación brillante

Frente a las cámaras, Rafael Nadal muerde el trofeo de la Copa Davis. Luego, junto a sus compañeros, se retrata con él. "¡Vete como un campeón!", le dice en broma David Ferrer a Albert Costa, el seleccionador, cuando se conoce que José Luis Escañuela, el presidente de la federación española, da por renovado su contrato. "Has tenido suerte. Llegar y besar el santo...", añade Feliciano López. "Yo, como Guardiola, a por el triplete", responde el técnico, sonriente. Son todo bromas. Cosas de niños. Justamente, lo que falta: la mejor generación del tenis español no tiene relevo. Es una circunstancia excepcional en los 40 últimos años de este deporte. Cuando Emilio Sánchez Vicario lanzaba sus últimos golpes, llegaba Sergi Bruguera; cuando el barcelonés ya se marchaba, por allí estaba la generación bimbo, con Àlex Corretja y Carlos Moyà a la cabeza, y cuando éstos ya habían conseguido muchas cosas -una Copa de Maestros, un Roland Garros y dos Copa Davis, entre otras- fue el turno de que hablara Juan Carlos Ferrero, del que Rafael Nadal tomó el relevo. Ése es precisamente el problema. ¿Quién viene detrás del mallorquín, seis veces coronado en un torneo grande y desde el pasado sábado campeón de la Copa Davis? "Nadie", contestan a coro los técnicos.

"Las escuelas son de bajísimo nivel. Al tenis se lo come el pádel", advierte Cascales
"Haremos movimientos valientes", dice Arrese, director deportivo de la federación
Riba y Ramos, los más jóvenes entre el 100 y el 200 del mundo, ya tienen 21 años
"Los chavales que apuntan necesitan apoyo económico", recuerda Santana
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"Si Nadal da órdenes, le callamos"

"De los 23 años que tiene Nadal a los 17 que tienen los españoles buenos a nivel mundial no hay nadie", resume Antonio Cascales, el mentor de Ferrero, uno cuyo coche acumula 150.000 kilómetros cada año, de club en club viendo talentos. "Nicolás Almagro y Nadal son los últimos. No hay nadie por detrás. Es algo que no pasaba desde hace décadas. Y a Carlos Boluda y Javier Martí, que son muy buenos y del 93, habrá que verlos porque tienen algún hándicap para estar en la élite con 19 años igual que lo estaba Juan Carlos [Ferrero]. El vacío es claro y evidente".

Hay once españoles entre los 100 mejores tenistas del mundo, una barbaridad. Más allá de esa frontera, sin embargo, no asoma ningún joven que parezca en disposición de coger el testigo en las citas grandes: Pere Riba y Albert Ramos, los más jóvenes entre el 100 y el 200, ya tienen 21 años. ¿Qué ha pasado? ¿Cómo se explica que falten tenistas de gran futuro en un país tan prolífico, la envidia del mundo en capacitación técnica, clima para los entrenamientos e instalaciones? "La federación y las autoridades del tenis deberían tomar en consideración que hay mucha gente que necesita apoyo económico para salir adelante", analiza Manuel Santana, que tiene toda su ilusión puerta en Roberto Chacón, una promesa a la que cuida con esmero. "Un chaval que apunta, que ya viaja a jugar torneos y tiene entrenador y preparador físico, que quiere ser profesional, necesita dinero", recuerda.

Hay, pues, razones económicas: mantener a un tenista de 13 años, que ya empieza a competir a nivel nacional, que ya tiene entrenador propio, cuesta 40.000 euros al año, según fuentes consultadas por este diario. La cifra se incrementa a 60.000 y 80.000 según va cumpliendo años. Hay razones etnológicas, la muerte de "la cultura del sufrimiento", que dice la atleta Marta Domínguez, para explicar que ya nadie quiera romperse el corazón de entrenamiento en entrenamiento. Y hay explicaciones sociales y vitales. "El bajón", dice Cascales, "se produce por falta de relevo generacional entre los entrenadores. Las caras que veo en los simposios son casi las mismas que hace 20 años. Los clubes son imposibles de recuperar porque es ley de vida: vaya a un club, mire quién juega, es patético. Han desaparecido los equipos, los clubes de padres e hijos. No hay nada. El pádel se está comiendo el tenis. Las escuelas son de bajísimo nivel. Un sacadinero, pero no un sacadeportistas. Todo ha sido espontáneo. La federación, durante estos últimos años, no ha aprovechado nada el tirón".

¿Qué piensan en la federación? "Lo mismo", responde Jordi Arrese, medallista de plata en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 y su nuevo director deportivo. "Después de esto viene una sequía. Estamos a tiempo, pero se ha hecho poco. Hay que mover ficha ya", continúa. "Lo único bueno que hacemos es la competición, su estructura, los torneos de infantiles, alevines..., que les permite coger bien la idea de competir. Creo que la federación hará movimientos valientes. Primero, vamos a escuchar a los jugadores y los técnicos. Luego, lo pondremos en manos de la junta directiva. Y querríamos crear comités de técnicos. La gente ve los resultados, que son brillantes, pero no la realidad de la base. Es escasa", concluye.

Rafael Nadal alza el trofeo de la Copa Davis.
Rafael Nadal alza el trofeo de la Copa Davis.VICENS GIMÉNEZ

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