Todo para Alonso
Mientras los pilotos de Red Bull y McLaren se atacan entre ellos, el español tiene todo el apoyo del equipo Ferrari y Massa ya no se entromete en sus aspiraciones
La temporada comenzó picante en Ferrari porque sus dos pilotos no sabían cuál era su verdadero papel. Se intuía que Fernando Alonso iba a convertirse en el líder porque llegó con la condición de doble campeón mundial (2005 y 2006) de la fórmula 1 y la misión de salvar a la escudería tras un año para olvidar. Pero su compañero, Felipe Massa, reclamaba también su protagonismo. Entre ellos hubo al principio sus más y sus menos. Massa aceptó a regañadientes que Alonso le pasara en la salida del primer gran premio (Bahrein) del Campeonato del Mundo, pero desde entonces los resultados han definido la posición de ambos.
A cuatro carreras de la conclusión -Japón, el 10 de octubre; Corea del Sur, el 24; Brasil, el 7 de noviembre, y Abu Dabi, el 14-, todo está claro en Ferrari. Alonso ha ganado cuatro y está a 11 puntos del australiano Mark Webber (Red Bull). Massa no ha logrado ningún triunfo (lleva cuatro podios) y es sexto, a 63 del español. El equipo apuesta claramente por Alonso y a Massa no le ha quedado otra alternativa que trabajar en esa dirección. La prueba más evidente se produjo en Alemania, cuando el ingeniero de pista del brasileño le vino a decir que se dejara adelantar por Alonso y él, que lideraba en ese momento la prueba, claudicó.
Las guerras internas de Webber y Vettel o Hamilton y Button favorecen al asturiano
Alonso está en su salsa. Y ahora que lo tiene todo bajo control ya le parece bien que Massa permanezca a su lado en los próximos años -ha renovado hasta 2012-. El brasileño mantiene aspiraciones aritméticas al título, pero se le da por descartado y asume su condición de escudero. Estará ahí, cumpliendo todas las órdenes que le den sus jefes. El ascendente de Alonso es tan fuerte como el que Massa sufrió cuando corrió con Michael Schumacher.
Para el asturiano esa es la situación ideal. En estas condiciones es cuando ofrece su mejor rendimiento. Y eso es algo que no ocurre en Red Bull y McLaren. En el equipo de las bebidas energéticas, a Webber se le ve preocupado porque sabe que Sebastian Vettel es la apuesta de la cúpula dirigente. En Turquía (el 30 de mayo), el alemán trató de superar al australiano cuando ambos lideraban la carrera y su maniobra acabó con Vettel en la cuneta, obligado a abandonar, y Webber relegado a la tercera posición. El sábado pasado, en la sesión clasificatoria, los dos se molestaron en la pista y facilitaron que Alonso lograra la pole. En McLaren, Jenson Button no acepta el liderato de Lewis Hamilton y no lo hará hasta que haya perdido todas sus opciones al título. También en Turquía, pero unas vueltas después, Button se echó encima de Hamilton, al que intentó birlar el liderato, y ambos acabaron tocándose. El incendio no llegó a producirse porque la escudería intervino: comunicó a Button que ahorrase combustible.
Estas guerras internas favorecen a Ferrari y Alonso, que cada vez se sienten más fuertes y unidos. En las últimas seis carreras, el español ha acumulado tres victorias (Alemania, Italia y Singapur) y una segunda posición (Hungría) y, excepto en las dos pruebas en las que abandonó (Gran Bretaña y Bélgica), siempre ha terminado por delante de Massa. En este mismo intervalo, además, cada uno de los pilotos de Red Bull y McLaren ha terminado tres veces por delante de su vecino, una circunstancia que juega definitivamente a favor de Alonso.
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