Muerte por sobredosis
Pantani falleció por una intoxicación aguda de cocaína, según la investigación del forense
Marco Pantani murió por una sobredosis de cocaína. El forense que investigaba las causas del fallecimiento del ciclista entregó ayer al fiscal su informe definitivo, en el que se establecía que El Pirata sufrió "una intoxicación aguda de cocaína con la consecuencia de un edema pulmonar y cerebral". El forense, Giuseppe Fortuni, añadió que no había detectado indicios que hicieran pensar en una muerte voluntaria.
"Las evidencias autópsicas, toxicológicas e histológicas convergen en la identificación de una intoxicación aguda de cocaína con la consecuencia de edema pulmonar y cerebral, como la causa segura de la muerte", indicaba el forense en su informe. "No existen por el momento elementos concretos que puedan respaldar la hipótesis de un fallecimiento debido a voluntad suicida", añadía.
Para cerrar el caso faltaba localizar a la persona que proporcionó la droga a Pantani. El desconocido camello es acusado de "causar la muerte como consecuencia de otro delito", en este caso la cesión de sustancias estupefacientes, un crimen contemplado en el artículo 586 del Código Penal italiano. La policía está convencida de que el ciclista no llevaba consigo cocaína cuando viajó desde Milán a Rímini, la ciudad donde pasó sus últimos días, y centra en esta ciudad la búsqueda de la persona que hizo llegar la droga a El Pirata. Las sospechas se centran en un hombre de entre 30 y 40 años, vestido de forma elegante, que acudió a la residencia donde se hospedaba Pantani y se reunió con él durante unos minutos.
Marco Pantani, ganador del Giro y el Tour en 1998, llegó a Rímini el 9 de febrero. No llevaba teléfono móvil ni quería hablar con nadie. Había discutido con sus padres, que decidieron viajar a Grecia para relajarse tras una temporada turbulenta, y estaba deprimido, gordo y cansado. Desde que fue apartado de la competición por uso intensivo de sustancias dopantes su vida inició una curva descendente. Rompió con su novia y empezó a consumir grandes dosis de cocaína.
Se sentía un "chivo expiatorio". Esa expresión figuraba entre las notas garabateadas en su habitación de la residencia Le Rose, un discreto establecimiento de tres estrellas en el que fue hallado muerto el 14 de febrero. Estaba en su habitación, la 5D del quinto piso, vestido con unos pantalones. Su cuerpo yacía en el suelo, junto a la cama. Había apoyado un mueble contra la puerta, para atrancarla. La policía halló restos de cocaína sobre una mesa.
Otro complejo caso de presunto dopaje y muerte en Italia se centró desde ayer en cinco clubes de fútbol: Torino, Pisa, Florentina, Sampdoria y Génova. La Fiscalía de Turín, que investiga la relación entre el fútbol y el mal de Gehrig, tiene una lista de 34 ex futbolistas que han contraído la enfermedad (15 de ellos han fallecido ya) y ha establecido como punto de coincidencia entre ellos el hecho de que en algún momento de su carrera jugaron en uno de los cinco clubes citados, según informó el diario La Repubblica.
El mal de Gehrig, que recibe ese nombre por el beisbolista estadounidense Lou Gehrig, es científicamente conocido como esclerosis lateral amiotrófica de las neuronas motores y resulta incurable. En los ex futbolistas tiene una incidencia muy superior a la media, y el fiscal turinés Raffaele Guariniello quiere averiguar si ello se debe a los esfuerzos realizados en la práctica del deporte o si, como sospecha, es resultado del consumo de sustancias dopantes durante largos períodos de tiempo.
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