Monogoma

En la mañana de ayer, la Grand Prix Comission, formada por representantes de todas las partes implicadas en este campeonato, descubrió que el Mundial que viene tendrá un único suministrador de neumáticos. Aunque, en teoría, ahora se abre un concurso en el que puede participar cualquier fábrica, parece más que evidente que será Bridgestone quien permanecerá en el certamen mientras que Michelin se quedará fuera. Las razones que ha utilizado la comisión para argumentar su decisión son dos deseos: que la seguridad de los pilotos aumente en la pista y que los costes se reduzcan. No es una decisión que me guste, porque no creo que solucione la escasez de lucha que afecta al MotoGP actual, pero como ha ocurrido en todos los cambios que se han producido en este deporte a lo largo de los años, aprenderemos a vivir con ello y nos adaptaremos.

Con la introducción del suministrador de neumáticos único lo que se consigue es que no haya competencia

Con la introducción del suministrador de neumáticos único lo que se consigue es que no haya competencia y, por extensión, que la marca que permanece no esté obligada a desarrollar sus compuestos al no tener la necesidad de imponerse a un competidor directo. Con esta medida se van a matar dos pájaros de un tiro, porque con el frenazo que habrá en términos de desarrollo, los tiempos por vuelta van a ser mayores, y así se obtendrá el aumento en términos de seguridad que se persigue. El principal problema en este aspecto era la velocidad de los pilotos en el paso por curva, que en los últimos años había ido creciendo considerablemente.

Para entender cómo afectará la nueva norma a la velocidad en curva, debemos imaginar que las cosas siguen el año que viene como están ahora, esto es con Bridgestone y Michelin en liza. Michelin pondría todo su empeño en tratar de fabricar unos neumáticos que permitieran a los pilotos que los usan rodar más rápido que los que equipan sus motos con Bridgestone. De esta forma, los tiempos por vuelta aún bajarían un poco más, y lo mismo ocurriría con la seguridad de los pilotos.

Sin embargo, que nadie se confunda y piense que el neumático único hará que las luchas cerradas aumenten, porque no creo que el cambio sea sustancial en comparación con las carreras que vemos ahora. Más que nada, porque para entender la MotoGP actual hay que analizarla como si se tratara de un puzzle formado por una moto, un piloto y unos neumáticos. Con la ayuda de la electrónica, este conjunto experimenta un rendimiento concreto.

La carrera de ayer es un ejemplo claro de lo que ocurre. Pedrosa rodó al frente durante unas vueltas, hasta que lo pasaron Rossi y Stoner. Un poco más tarde, Rossi adelantó a Stoner, se distanciaron un poco los tres y esas diferencias ya se mantuvieron hasta el final. Por más que dos pilotos tengan una misma moto, será muy difícil que rueden juntos, a menos que pesen igual y se muevan de la misma forma. Entre dos pilotos con motos distintas, que esto ocurra ya roza lo imposible. Eso es debido a la preponderancia de la electrónica, que ha adquirido un papel mucho más determinante que hace unos años y ha automatizado mucho esta disciplina.

Desgraciadamente, las carreras de MotoGP van camino de convertirse en algo muy parecido a las de fórmula 1, en las que tras la salida, los oponentes apenas se adelantan los unos a los otros. Además, el neumático único corta de cuajo las pocas opciones que las estructuras privadas tenían de ganar carreras, debido a que el poco desarrollo que se hará en neumáticos se encomendará a los equipos oficiales.